El cambio de dieta se adelantó a la evolución de los dientes

Nuestros ancestros comenzaron a consumir alimentos para los que aún no estaban anatómicamente preparados. El hallazgo, publicado en Science, se basa en el análisis de isótopos de carbono y oxígeno en dientes fosilizados, que reflejan un cambio de dieta previo a la adaptación física.

Los dientes de los homininos, especialmente las muelas, se hicieron más pequeños y más largos a lo largo de milenios para adaptarse a una dieta creciente de plantas, como las gramíneas. / Universidad de Dartmouth | Don Hitchcock, Fernando Losada Rodríguez.
Los dientes de los homininos, especialmente las muelas, se hicieron más pequeños y más largos a lo largo de milenios para adaptarse a una dieta creciente de plantas, como las gramíneas. / Universidad de Dartmouth | Don Hitchcock, Fernando Losada Rodríguez.

A medida que los primeros humanos se expandieron desde los frondosos bosques africanos hacia las praderas, su necesidad de fuentes de energía accesibles los llevó a desarrollar un gusto por las plantas herbáceas. Ahora, nuevas evidencias isotópicas y fósiles apuntan que comenzaron a ingerirlas sin tener los dientes ideales para ello.

Los primeros humanos se expandieron hacia las praderas y desarrollaron un gusto por las plantas herbáceas

Dirigida por la Universidad de Dartmouth (EE UU), la investigación publicada en la revista Science respalda el concepto largamente hipotetizado del ‘impulso conductual’, en el que los comportamientos beneficiosos para la supervivencia surgen antes de que las adaptaciones físicas que los facilitan.

Este concepto ha dado forma a la teoría evolutiva durante mucho tiempo, sin embargo, detectarlo en el registro fósil es un desafío porque los comportamientos a menudo se infieren de los rasgos físicos, lo que dificulta evaluarlos independientemente de sus morfologías asociadas, señala el artículo.

Para superarlo, los investigadores examinaron dientes fosilizados de homínidos en busca de isótopos de carbono y oxígeno que quedaban tras comer plantas conocidas como gramíneas, que incluyen pastos y juncos. Descubrieron que estos se inclinaban por consumir estas plantas ricas en carbohidratos mucho antes de que sus dientes evolucionaran para masticarlas eficazmente.

700 000 años de diferencia

Según los autores, al menos tres linajes de primates del Plioceno, incluidos los primeros homininos, realizaron una transición independiente hacia dietas graminívoras, a pesar de carecer de estos rasgos especializados.

700 000 años después del cambio de dieta evolucionaron molares más largos

No fue hasta 700 000 años después cuando la evolución finalmente les alcanzó en forma de molares más largos, como los que permiten a los humanos modernos masticar fácilmente las fibras vegetales duras.

“Podemos afirmar con certeza que los homininos eran bastante flexibles en cuanto a su comportamiento y que esa era su ventaja”, subraya Luke Fannin, antropólogo biológico y morfólogo funcional de la universidad Dartmouth College (EE. UU.) Para él los hallazgos sugieren que su éxito se debió a su capacidad para adaptarse a nuevos entornos a pesar de sus limitaciones físicas.

Comparación entre especies

Para llegar a sus conclusiones, el equipo analizó dientes de varias especies. Empezó por el Australopithecus afarensis, para seguir la evolución del consumo de diferentes partes de gramíneas a lo largo de milenios.

A modo de comparación, también analizaron los dientes fosilizados de dos especies de primates de la misma época

A modo de comparación, también analizaron los dientes fosilizados de dos especies de primates extintas que vivieron aproximadamente en la misma época.

Las tres especies dejaron de alimentarse de frutas, flores e insectos para pasar a alimentarse de hierbas y juncos hace entre 3,4 y 4,8 millones de años, lo que ocurrió a pesar de carecer de los dientes y los sistemas digestivos óptimos para comer estas plantas más duras.

Los homininos y los dos primates mostraron dietas vegetales similares hasta hace 2,3 millones de años, cuando los isótopos de carbono y oxígeno en los dientes de los primeros cambiaron abruptamente.

Causa del cambio de dieta

Esta caída en las proporciones de ambos isótopos sugiere que el antepasado humano de la época, el Homo rudolfensis, redujo el consumo de gramíneas y bebió más agua empobrecida en oxígeno, detalla un comunicado de la universidad. Los homininos posteriores obtuvieron acceso regular a órganos vegetales subterráneos conocidos como tubérculos, bulbos y cormos.

El agua empobrecida en oxígeno también se encuentra en estos apéndices abultados que muchas gramíneas utilizan para almacenar grandes cantidades de carbohidratos a salvo de los animales herbívoros.

El cambio hacia los alimentos subterráneos fue un momento decisivo en nuestra evolución

Luke Fannin, antropólogo biológico y morfólogo funcional

“Proponemos que este cambio hacia los alimentos subterráneos fue un momento decisivo en nuestra evolución”, dice Fannin. “Creó un exceso de carbohidratos que eran perennes: nuestros antepasados podían acceder a ellos en cualquier época del año para alimentarse a sí mismos y a otras personas”.

“Incluso ahora, nuestra economía global gira en torno a unas pocas especies de gramíneas: el arroz, el trigo, el maíz y la cebada”, afirma Nathaniel Dominy, antropólogo y biólogo evolutivo de la universidad Dartmouth College (EE. UU)  “Nuestros antepasados hicieron algo completamente inesperado que cambió las reglas del juego para la historia de las especies en la Tierra”, concluye.

Luke D. Fannin, Chalachew M. Seyoum, Vivek V. et. al. “Behavior drives morphological change during human evolution”. Science (2025).

Fuente:
EFE
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