Cofundadora de IENAI SPACE, lidera en España el desarrollo de tecnologías de propulsión eléctrica para nanosatélites con el objetivo de lograr una movilidad en órbita más sostenible y eficiente. Sara Correyero Plaza habla del profundo impacto social de la ingeniería y la necesidad de que las mujeres ocupen un lugar central en esa transformación.
Sara Correyero Plaza (Madrid, 1991) es ingeniera aeronáutica, doctora en Mecánica de Fluidos y una voz comprometida con el impulso del talento femenino en STEM. “La ingeniería es impacto social, y las mujeres debemos estar en el centro de ese cambio”, afirma en esta entrevista con SINC, cuya publicación coincide con la celebración hoy del Día Internacional de la Mujer Ingeniera.
Junto a sus tres socios, cofundó IENAI SPACE en 2019, donde ejerce como directora de operaciones, y preside el Madrid Innovation and New Space Cluster.
Ha recibido reconocimientos como el premio Talento: ingenier@ joven del año 2022 y el Premio Fundación Mutualidad de la Ingeniería en 2025.
¿Qué te atrajo de la ingeniería aeronáutica?
Desde muy pequeña me fascinaba el espacio. No recuerdo un momento exacto en el que decidiera estudiar ingeniería aeronáutica, porque siempre lo sentí como algo natural. Tenía claro que quería serlo y dedicarme al ámbito espacial; era algo que me atraía profundamente.
Un momento clave fue ver de niña Apollo 13. Es una referencia para cualquier ingeniero: un grupo de personas trabajando en equipo salvó vidas con muy pocos recursos y tiempo
Sí hubo un momento clave que marcó mi infancia: ver la película Apollo 13. Para mí, es una referencia para cualquier ingeniero. En ella, un grupo de personas debía resolver problemas críticos para salvar a tres astronautas, con recursos y tiempo muy limitados. El trabajo en equipo, la inteligencia colectiva y la capacidad de reacción fueron fundamentales. Esa historia me impactó y reforzó mi vocación.
¿Fue por eso que decidisteis fundar IENAI SPACE?
Más adelante, durante mi doctorado en la Universidad Carlos III de Madrid, conocí a mis socios, Daniel Pérez y Mick Wijnen. Los tres investigábamos distintos sistemas de propulsión eléctrica para satélites y detectamos una oportunidad clara en el mercado: los sistemas existentes eran poco eficientes, con prestaciones limitadas y escasa capacidad de adaptación.
Vimos la necesidad de desarrollar una tecnología nueva, más eficiente, modular y capaz de responder a las demandas reales de la industria espacial. Tras analizar distintas alternativas, identificamos una tecnología con gran potencial: Electrospray, que resuelve muchas de las limitaciones que arrastraban históricamente estos sistemas.
Durante el doctorado conocí a mis socios. Investigábamos distintos sistemas de propulsión eléctrica para satélites y vimos una oportunidad clara: las soluciones existentes eran poco eficientes
También influyó mucho la sintonía con mis socios: ya habíamos trabajado juntos y en 2017 ganamos el Concurso Joven Visionario en la Conferencia de Propulsión Eléctrica de Atlanta. Compartíamos visión, ideas y muchas ganas de seguir innovando desde la ciencia. En ese momento, recién salidos del doctorado, queríamos seguir investigando y aplicar ese conocimiento para resolver problemas reales. Esa motivación fue el motor de IENAI SPACE.
El equipo de IENAI SPACE. / Foto cedida por la entrevistada
¿Puedes explicar brevemente a qué se dedica la compañía?
IENAI SPACE es una empresa de movilidad espacial. Proporcionamos a los satélites la capacidad de maniobrar en órbita una vez han sido puestos en el espacio por un lanzador.
Tenemos dos líneas de producto principales. Una es nuestro sistema de propulsión eléctrica, llamado ATHENA, que utiliza la tecnología de electrospray. Básicamente, se trata de acelerar iones de una sal líquida conocida como líquido iónico. Es un sistema muy eficiente, modular y adaptable a diferentes plataformas satelitales.
La otra línea es de software, con herramientas para análisis de misión y operaciones. Estas permiten optimizar las maniobras propulsivas del satélite, incluso casi en tiempo real. Sirven, por ejemplo, para ahorrar propelente o acelerar determinadas operaciones, teniendo en cuenta todas las restricciones del entorno orbital.
Por eso no nos definimos únicamente como una empresa de propulsión, sino de movilidad espacial: ofrecemos una solución completa, tanto en hardware como en software.
Tenemos dos líneas principales: ATHENA, un sistema de propulsión eléctrica eficiente y adaptable, y software para optimizar maniobras satelitales y ahorrar propelente
Estos pequeños satélites funcionan en ‘constelaciones’. ¿Cuáles son sus aplicaciones?
Sí. Muchas de las tecnologías que se están proponiendo hoy en día se basan en constelaciones de satélites, por ejemplo, para ofrecer conectividad 5G u observar fenómenos atmosféricos cada vez más acentuados por el cambio climático. Con nuestra tecnología, esos satélites pueden mantenerse más tiempo en órbita, ofrecer un servicio más prolongado y proporcionar una mejor cobertura, especialmente en tareas de observación terrestre.
¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente y con qué agencias colaboráis?
Actualmente tenemos activos alrededor de una docena de proyectos de I+D. Uno de los más destacados es el proyecto Atalaya, centrado en aplicar fabricación avanzada a nuestro sistema ATHENA. Está financiado por el Programa Tecnológico Espacial [PTE] y cuenta con un presupuesto de 3 millones de euros, en consorcio con otros socios.
También hemos tenido cuatro contratos con la Agencia Espacial Europea para el desarrollo y apoyo de ingeniería de nuestro sistema de propulsión. Además, contamos con colaboraciones más pequeñas con la Comisión Europea y la Comunidad de Madrid.
La ESA fue nuestro primer cliente y estamos seguros de que seguirá siéndolo. Además, colaboramos con la Agencia Espacial Española a través del PTE y mantenemos conversaciones con agencias de otros países interesadas en nuestra tecnología.
Queremos ser la empresa de referencia en propulsión espacial eléctrica a escala mundial. Aún nos queda camino, pero desarrollamos una tecnología que esperamos que sea la ganadora
¿Qué perspectivas de futuro tenéis para IENAI SPACE?
Va a ser un año muy emocionante. Tenemos a la vista dos lanzamientos: el primero, para el que ya hemos entregado el prototipo, se llevará a cabo probablemente entre septiembre y octubre; el segundo está previsto para el primer semestre de 2026. Comenzaremos las pruebas en órbita y estaremos cada vez más cerca de comercializar nuestro sistema de propulsión.
Además, estamos cerrando los primeros contratos con potenciales clientes, así que es un año de muchos cambios y emociones.
¿Y más a largo plazo?
Queremos ser la empresa de referencia en propulsión espacial eléctrica a escala mundial. Aún nos queda camino, pero desarrollamos una tecnología que esperamos que sea la ganadora, y por eso creemos que tenemos muchas posibilidades de escalar posiciones y alcanzar ese liderazgo en el sector.
Nos gustaría ver nuestros productos, tanto de software como de hardware, presentes en todas partes del mundo y también más allá: en misiones a la Luna, a Marte, al espacio profundo. Ver a nuestros sistemas operar y generar impacto allí, es lo que realmente nos mueve.
A las chicas les diría que vean la ingeniería como una herramienta para generar impacto en la sociedad. No se pone suficiente énfasis en el efecto real que tiene esta disciplina
¿Cuántas personas forman actualmente el equipo? ¿Existe paridad en la plantilla?
Somos actualmente 32 personas, con oficinas en Madrid, Barcelona y Suecia. De ese total, 7 somos mujeres. Es cierto que los perfiles técnicos son más difíciles de cubrir con candidatas, porque simplemente no aplican muchas. Pero estamos muy concienciados con este tema y siempre intentamos potenciar la contratación de mujeres, sobre todo en puestos técnicos.
La proporción ha mejorado con los años y estoy segura de que seguirá creciendo. Valoramos mucho los perfiles femeninos y trabajamos para darles visibilidad y oportunidades.
Hoy se celebra el Día de la Mujer Ingeniera ¿Qué mensaje darías a las chicas que están pensando en elegir esa carrera?
Les diría que vean la ingeniería como una herramienta para generar impacto en la sociedad. Muchas veces, desde pequeñas, se nos ha transmitido la idea de que esta profesión consiste en estar frente a un ordenador diseñando cosas sin saber muy bien para qué sirven. No se pone suficiente énfasis en el efecto real que tiene la ingeniería en nuestro entorno.
Somos el 50 % de la población y debemos ser pioneras en el desarrollo tecnológico, ya que es lo que transforma nuestro día a día
¿Y ese efecto social como lo transmitís desde IENAI SPACE?
Una de las principales aplicaciones de nuestra tecnología es evitar que los satélites se conviertan en basura espacial. Esto protege toda la infraestructura que tenemos en el espacio, que permite servicios como el GPS, las predicciones meteorológicas, la navegación con Google Maps o el seguimiento del cambio climático. También facilita la toma de imágenes de la Tierra y de los polos, y en el futuro permitirá anticipar desastres atmosféricos y emitir alertas tempranas, como ocurrió con la DANA en Valencia el año pasado.
La ingeniería y la tecnología son impacto. Los grandes avances de la humanidad siempre han estado ligados a desarrollos tecnológicos, nuevas aplicaciones y soluciones.
Somos el 50 % de la población mundial y debemos ser pioneras en el desarrollo tecnológico, ya que es lo que transforma nuestro día a día. A muchas nos mueve el deseo de producir mejoras y contribuir a lo social. Y no hay nada con mayor capacidad de transformación que la ingeniería. Está presente en todo lo que usamos, en todo lo que hacemos. Ese es el mensaje que siempre intento transmitir: no se trata solo de diseñar cosas sin rumbo, sino de crear soluciones que tengan un efecto directo en la sociedad.