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Susana Monereo, jefa del Sevicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital de Getafe

“Todos llevamos dentro un obeso en potencia”

En el Día Nacional de la Persona Obesa, SINC habla con Susana Monereo, coordinadora del grupo de obesidad de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) y jefa del Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Universitario de Getafe (Madrid), sobre la ‘diabesidad’, la confluencia de obesidad y diabetes), que afecta a más del 16% de los españoles obesos.

Susana Monereo
En la imagen, Susana Monereo. Foto: Hospital UIniversitario de Getafe.

Los últimos estudios advierten que en 2015 puede haber 300 millones de diabéticos en el mundo. La prevención es la clave…

Sí, porque la obesidad una vez que aparece ya no se quita. Es una enfermedad crónica que se controla, pero no se cura. Pero aunque toda iniciativa de prevención es útil, no todo sirve. Es decir, cuando la prevención empieza a los 14 años ya es tarde. De hecho, todas las acciones desarrolladas en EE UU, donde este problema es el doble que en España, no han servido. La obesidad sigue creciendo y la perspectiva de crecimiento de la obesidad y la diabetes son espeluznantes.

¿Por qué no hemos sido capaces de parar esto?

Cuando apareció el problema de la obesidad, los gobiernos supieron valorar su magnitud. Los médicos veníamos diciéndolo hace mucho tiempo, pero nadie nos ha hecho caso. Ni siquiera la propia población. Se pensaba que un kilo de más no era importante. Los estudios confirman ahora que la prevención debe ser muchísimo más precoz, y que lo que hagamos en los tres primeros años de vida es fundamental.

¿Y qué se puede hacer en los tres primeros años?

Mucho. Incluso hay que bajar a la etapa de la gestación. En los grandes estudios poblacionales se ha empezado a ver que el peso al nacer es un condicionante de enfermedad cardiovascular en la persona adulta. Hay que cuidar muchísimo el embarazo y evitar cebarse en los primeros años de vida. Que el niño o la niña sea gordita no es tan bueno. Hay que comer bien, pero no mucho. Hoy no estamos luchando contra el hambre, sino contra la sobrealimentación.

¿Cuál es el origen del impresionante aumento de obesidad en el mundo?

El comienzo está muy atrás. Tiene que ver con la genética. Todos llevamos un obeso en potencia porque estamos genéticamente predispuestos a la obesidad. Además influye el medio ambiente, pero sabemos que éste está modificado por el embarazo. No me cansaré de decir que la madre puede estar fabricando un individuo para ser obeso o no en función de los kilos que gane en el embarazo, el peso del bebé al nacer, y de la alimentación durante el embarazo.

¿Y cuál es el papel de la lactancia materna?

Sabemos que la lactancia artificial favorece la obesidad adulta. En la leche materna hay hormonas, como la lectina, que van a facilitar que el niño o la niña empiecen a regular la relación del hambre, la saciedad y la grasa corporal de otra manera. Además, en esa etapa es cuando se empiezan a desarrollar los sabores y gustos. La leche materna es más amarga, la leche artificial es más dulce. Todo esto son pequeñas piezas de un puzzle que tiene muchísima importancia.

Cuando no funciona la prevención, ¿sólo queda el tratamiento farmacológico?

Si no hemos sido capaces de prevenirlo, hay que intentar modificar el estilo de vida y ayudar a las familias, que igualmente deben aprender a comer. Por ejemplo, no se puede poner a los hijos un plato de verdura como castigo y que los padres y las madres no lo coman, ya que entonces nunca lo comerán. Y los gobiernos deben poner también su granito de arena, no puede ser que la fruta sea más cara que los yogures.

¿Por qué cuesta tanto que los niños hagan deporte?

Porque los hemos acostumbrado a estar sentados y a ver la televisión. La actividad cotidiana es básica. Subir las escaleras, ir andando al colegio y correr por la calle son actividades que han desaparecido por muchas razones, como la llamada seguridad. Y a eso hay que sumarle que los niños están toda la tarde comiendo dulces, porque la tele favorece esta actitud, y que en los colegios no se fomenta el deporte lo necesario.

Si esto no cambia, ¿qué nos espera?

Una pandemia de diabetes tipo 2 en la infancia, que ya está ahí por otro lado, una hipertensión muy grave y la aparición de enfermedad diabética y cardiovascular en gente muy joven, no a partir de los 40, sino a partir de los 20. En mayores de 14 años obesos encontramos que casi la mitad ya padece complicaciones importantes asociadas como hígado graso, hipertensión, aumento de triglicéridos y alteraciones de la glucosa, incluso apneas del sueño, además de todos los problemas de ánimo relacionados con la ansiedad, la discriminación y la autoestima.

De hecho, las curvas de supervivencia que se están estudiando ahora, muestran que la población que es más joven tiene menos esperanza de vida.

El 4 de diciembre y la ‘diabesidad’

El objetivo del XIV Día Nacional de la Persona Obesa es concienciar de la importancia de la obesidad en la salud. Este año, la celebración está centrada en los riesgos que hay detrás, muchas veces ocultos. En concreto, en la diabetes, que triplica el riesgo cardiovascular de la persona obesa y cuya prevalencia es tan significativa que se ha acuñado un término nuevo, la ‘diabesidad’, es decir, la aparición de diabetes en una persona obesa.

La diabesidad progresa en todo el mundo, y no solo afecta a la población adulta. La situación se está reproduciendo en el colectivo infantil y juvenil. Los niños tienen el doble de probabilidades de seguir siendo obesos de mayores y de padecer todas sus complicaciones, ya que la enfermedad actúa durante más tiempo. Según los últimos datos, uno de cada 10 adolescentes con obesidad mórbida presenta prediabetes y casi el 1% de ellos es diabético.

Con respecto a la población adulta, las cifras no son optimistas. El estudio Dieta y Riesgo de Enfermedad Cardiovascular en España (DRECE) muestra que hasta un 30% de la población obsesa que reside en España puede ser prediabética. Más de un 16% ya ha desarrollado diabetes, cifra que supera el 20% en los casos de obesidad severa.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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