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El artículo se publica en la 'Revista Internacional de Sociología'

Analizan la metáfora teatral en la interacción social

La noción de rol o “papel social” es frecuentemente utilizada en la descripción de fenómenos sociales. Un catedrático de sociología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) explora las raíces de esta metáfora, y señala que la sociedad es una suerte de commedia dell'arte en la que no sólo somos actores, sino también espectadores.

Referirse a la realidad social a través de la metáfora teatral es una evocación del auto sacramental de 1635 de Pedro Calderón de la Barca, El gran teatro del Mundo.

En la descripción científica de ciertos fenómenos es usual utilizar metáforas que faciliten su investigación y comprensión. La teoría sociológica utiliza la de rol o “papel social” para identificar las expectativas compartidas de conducta en la interacción social. Esta metáfora alude así a la idea de que la sociedad diseña una serie de "papeles" (como los que escribe un autor teatral para sus personajes) que aprendemos y representamos socialmente.

En un artículo publicado en la Revista Internacional de Sociología el profesor Miguel Beltrán Villalva, del departamento de Sociología de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la UAM, expone que referirse a la realidad social a través de la metáfora teatral es una evocación del auto sacramental de 1635 de Pedro Calderón de la Barca, El gran teatro del Mundo.

En éste se va a escenificar una obra con actores que representarán papeles de carácter simbólico, como "La hermosura", "El rico", "El labrador", "El pobre", etc., pero el autor no da un texto escrito a sus personajes para que lo aprendan y reciten, sino sólo algunas indicaciones para que improvisen su actuación. Al final, los actores serán juzgados sobre el escenario por el modo como han representado el papel que les fue encomendado en el reparto.

El profesor Beltrán señala que, en la misma línea, la sociedad es una suerte de commedia dell'arte en la que los actores tienen el derecho de improvisar; pero la improvisación no es enteramente libre, sino que está sujeta a unas pautas preestablecidas con más o menos detalle.

Igualmente destaca que la sociedad es un teatro en el que todos pertenecen a la vez al elenco y al público. No nos limitamos a ser actores, sino que a la vez somos espectadores: “no sólo de cómo otro representa su papel sino incluso de cómo lo represento yo mismo: me escucho, compongo la figura, recreo mi retórica, etc.”.

Por último, el investigador resalta que las acciones de cada persona dirigidas a otros están siempre pautadas (por lo que, al menos hasta cierto punto, son siempre repetitivas y predictibles) y que, aunque las llevan a cabo los individuos, no se trata de conductas individuales sino sociales. “Es precisamente por esto que a la sociología le interesan los individuos y sus conductas, porque en ellas se expresa la sociedad: los individuos son, para la sociología, portadores de pautas sociales. Lo que no quiere decir, sin embargo, que seamos una especie de marionetas en manos de la sociedad”.

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Referencia bibliográfica:

Miguel Beltrán, "La metáfora teatral en la interacción social", Revista Internacional de Sociología, vol.68, nº1, enero-abril de 2010, págs. 19-36.

Fuente: Universidad Autónoma de Madrid
Derechos: Creative Commons
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