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Investigadores de la Universidad de Sevilla han iniciado, en colaboración con los expertos en conservación y restauración del Museo de Bellas Artes de la capital andaluza, un análisis de la colección pictórica de los siglos XV-XVI del Museo mediante técnicas nucleares no destructivas complementarias a las ya disponibles en el Centro Nacional de Aceleradores (CNA).
Dirigido por Miguel Ángel Respaldiza, este proyecto de excelencia de la Junta de Andalucía persigue un doble objetivo: dar respuesta a la necesidad de una caracterización de los distintos objetos que componen una parte significativa de la valiosa colección del Museo, y auxiliar así en las tareas de restauración y conservación y permita profundizar en la utilización complementaria de las diferentes técnicas no destructivas. Se cumple así con una de las líneas fundamentales del programa de investigación del Museo de Bellas Artes, dirigido por Mª del Valme Muñoz, partícipe así mismo del grupo de investigación.
Para Miguel Ángel Respaldiza, responsable del proyecto declara que "la puesta a punto de nuevas técnicas para la caracterización no destructiva de obras de arte es hoy en día un reto científico de gran interés. Este proyecto permitirá la creación de una base de datos sobre la paleta y técnicas de ejecución de los distintos autores que conforman una importante parte de la segunda colección museística más destacada de nuestro país".
El citado equipo de investigación trabajó anteriorimente en un proyecto de excelencia de la convocatoria de 2005 con el estudio de una treintena de obras de arte del Museo de Sevilla, con soporte material muy distinto: esculturas en terracota, azulejos, papel, tablas y lienzos.
"En concreto iniciamos nuestro trabajo con la medida de azulejos de la colección del siglo XVII del Museo, para continuar con el estudio de un boceto sobre papel de Pedro Navía. A continuación abordamos el estudio completo de la importantísima colección de estatuas en terracota del Museo con autores como Lorenzo Mercadante de Bretaña, Pedro Millán y Pietro Torrigiano. También se han caracterizado distintas obras pictóricas sobre tablas, de flamencos como Pieter Aertsen, Pieter Coecke, Marcelo Coffermans, Maestro de Medias Figuras y sobre lienzos de autores como Juan Hispalense, Vasco Pereira o El Greco", explica Respaldiza.
En este nuevo proyecto, el grupo de investigación analizará la colección de pinturas españolas y sevillanas del siglo XV, como el San Juan Bautista de Bartolomé Bermejo, o las obras de Bernardo Martorell, Maestro de Almonacid, Esparlagués, Maestro de Coteta, Juan Hispalense y obras catalogadas como pertenecientes al círculo de Juan Sánchez II o Juan Sánchez de Castro.
Pinturas renacentistas y manieristas
Otro apartado lo constituyen las pinturas renacentistas y manieristas del siglo XVI. "Una edad dorada pues durante este siglo Sevilla alcanza un gran desarrollo económico gracias al florecimiento de su actividad comercial con América y el resto de Europa. El aumento de la demanda y del tráfico de obras de arte, así como la llegada de artistas foráneos, provoca la renovación del panorama artístico con la entrada de las corrientes procedentes de Flandes e Italia. La armoniosa fusión de ambas tendencias originó un arte novedoso y de gran calidad écnica en el que pronto comenzaron a destacar artistas naturales de la propia ciudad", explica Valme Muñoz.
"Fruto de este ambiente cultural es la colección de pintura flamenca que ingresó en el Museo en su mayor parte tras la Desamortización, y en menor medida gracias a las donaciones de particulares. En el anterior proyecto se examinaron algunas interesantes obras de este periodo, pero faltan aún un número importante por estudiar que vamos a abordar en este segundo proyecto", señala la directora del Museo.
Entre otras, dentro de la estética manierista de fines del siglo XVI, sobresalen las obras de dos destacados representantes de la escuela de Amberes, Frans Francken I y Martín de Vos. Del primero, atesora el Museo un espléndido tríptico, procedente del sevillano Hospital de las Bubas, considerado entre los más importantes que se conservan en España. Por su parte, Martín de Vos, la figura más destacada del panorama artístico de Amberes en la segunda mitad del siglo XVI, es el autor de tres pinturas que constituían un retablo en el convento de San Agustín e ingresaron enel Museo tras la Desamortización.
A otra escuela centroeuropea, la alemana, perteneció Lucas Cranach, considerado después del gran pintor del renacimiento alemán, Durero, su representante más destacado. El Museo conserva un excelente Calvario firmado y fechado en 1538, momento de su plenitud artística.
Luis de Vargas, el maestro sevillano
Hasta la segunda mitad del siglo XVI no se constata la presencia de artistas locales de prestigio. Luis de Vargas fue el primer gran maestro natural de Sevilla. De su mano conserva el Museo una tabla dedicada a La Purificación en la que la forma de presentar a los personajes así como los fondos de arquitectura, evidencia su formación italiana en el numeroso círculo de seguidores de Rafael.
De este pintor se conservan obras como Aparición de Cristo resucitado a la Virgen, Jesús hablando a los Doctores, Prendimiento, y San Sebastián. Dentro de este estilo que se impuso en Sevilla durante el segundo tercio del siglo XVI, en el que se funden corrientes flamencas e italianizantes, desarrolló su obra Pedro de Villegas Marmolejo.
Asimismo, el grupo de investigadores podrá realizar un estudio comparativo de pinturas de autores con obra en Sevilla y en diversas instituciones de México. Valme Muñoz señala el interés de realizar una investigación que permita definir con mayor precisión las técnicas pictóricas y las paletas de pintores como Alonso Vázquez o Martín de Vos, presentes en las colecciones del Museo, como contribución al estudio de la pintura Novohispana y la influencia de las escuelas pictóricas españolas y europeas en el México colonial, sin duda uno de los apartados más interesantes de este nuevo proyecto de excelencia.
Investigadores del Instituto de Ciencia de Materiales de Madrid (CSIC) y otros centros internacionales han logrado fabricar este silicato cristalino con poros extra grandes mediante la expansión y conexión de cadenas de sílice. Este material tiene aplicaciones en procesos de descontaminación y catalíticos.
A esta química canaria suelen presentarla como "la regeneradora de huesos" porque es una apasionada especialista en materiales cerámicos con aplicaciones potenciales en biomedicina. Estudió en la Universidad Complutense de Madrid y allí sigue desempeñándose como profesora emérita. En esta entrevista explica cómo pasó de los superconductores y de trabajar con físicos a colaborar con médicos.
