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Descubiertas dos especies nuevas en las catacumbas romanas

Las antiguas tumbas de Roma son el hábitat de dos especies de bacterias desconocidas hasta ahora y cuyo descubrimiento podría ayudar a salvaguardar el patrimonio cultural romano. Las condiciones específicas de las catacumbas dieron lugar a la evolución de dos especies únicas que son capaces de producir moléculas útiles como enzimas y antibióticos, según un trabajo de la Universidad de Messina publicado en el número de septiembre del International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology.

Descubiertas dos especies nuevas en las catacumbas romanas
Fresco en las catacumbas de San Calixto. Imagen: Wikipedia.

Las bacterias, que crecen en las paredes, fueron halladas en las superficies ruinosas de las catacumbas de San Calixto. “Creemos que estas bacterias, que pertenecen al grupo Kribella, pueden haber participado en la destrucción”, señala Clara Urzi, investigadora de la Universidad de Messina (Italia).

Gracias al estudio de las bacterias que causan daños en los monumentos, los investigadores esperan poder desarrollar métodos de protección de lugares de patrimonio cultural como las catacumbas de San Calixto que, construidas a finales del siglo II d. C., forman parte de un cementerio masivo que abarca 15 hectáreas (equivalente a más de 20 campos de fútbol). En ellas han sido enterrados más de 30 papas y mártires.

"Las condiciones especiales de las catacumbas han permitido la evolución de especies únicas” comenta Urzi. “De hecho, las dos especies diferentes de Kribella que hemos descubierto fueron halladas en dos lugares muy próximos el uno del otro; ello demuestra que incluso pequeños cambios en el microambiente pueden llevar a una evolución separada de las bacterias”.

Las especies de Kribella se han hallado en numerosas localizaciones diferentes en todo el mundo, desde un hipódromo en Sudáfrica hasta una mina del medievo en Alemania. El género fue descubierto en 1999 pero desde entonces se han encontrado diversas especies. Las dos descubiertas han sido denominadas Kribella catacumbae y Kribella sancticallisti.

“La existencia en toda la tierra del género Kribella cuestiona su vía evolutiva” apunta la investigadora. “Si las bacterias son muy viejas, ¿prueba su amplísima distribución geográfica que el género es estable?, o ¿es que bacterias similares han evolucionado en paralelo en sitios diferentes? Estas preguntas despiertan aún más interés desde el hallazgo de estas dos bacterias diferentes en las tumbas de Roma”.

Referencia bibliográfica:

Clara Urzì, Filomena De Leo y Peter Schumann, "Kribbella catacumbae sp. Nov. and Kribbella sancticallisti sp. Nov. isolated from whitish-grey patinas in the atacombs of St. Callistus in Rome”, International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology, Septiembre (2008).

Fuente: SINC / AG
Derechos: Creative Commons

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