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Diseñan un traje de supervivencia inteligente para tripulantes de helicóptero

Investigadores noruegos han desarrollado un traje para tripulantes y pasajeros de helicópteros que mantiene el cuerpo frío cuando la cabina está a alta temperatura, pero retiene el calor si el helicóptero cae al mar. El nuevo “traje de supervivencia inteligente”, como lo definen sus creadores, lo ha comenzado a utilizar el personal de algunas plataformas petrolíferas marítimas de Noruega.

Esta innovación es fruto de un proyecto de cooperación entre el SINTEF, un organismo de investigación noruego, y Helly Hansen, un productor de productos textiles para equipos especiales de trabajo y actividades deportivas que se realizan en el mar o en la montaña. El proyecto de colaboración es uno de los galardonados con el premio Good Design Mark 2008 que concede el Norwegian Design Council.

Desde que llegó a Noruega el boom del petróleo es fácil reconocer a los operarios de las plataformas petrolíferas en los helipuertos de los aeropuertos, vestidos con sus trajes de color naranja brillante, que les protegen de morir ahogados o congelados si se produce un aterrizaje o un amerizaje de emergencia. Ahora, este grupo de operarios está comenzando a utilizar una nueva generación de trajes de colores vivos. Gracias a sus características especiales, estos trajes pueden utilizarse tanto durante su viaje en helicóptero, como en el exterior de la plataforma como traje de supervivencia.

Los trajes inteligentes se desarrollaron como respuesta a nuevas demandas de la Asociación de la Industria del Petróleo (OLF) de Noruega. En el año 2000 esta asociación designó un grupo de trabajo cuya misión era definir las prioridades que debían tener los trajes para tripulantes y pasajeros de helicóptero en el futuro, con el fin de homologarlo para su uso durante el transporte y regreso desde los campos petrolíferos. La iniciativa recibió una excelente acogida entre las organizaciones sindicales del sector. El grupo de trabajo documentó que los usuarios estaban insatisfechos con diversos aspectos de los trajes que se estaban utilizando entonces.

Los trabajadores de las plataformas petrolíferas consideraban que se “cocían vivos” en los helicópteros en los cálidos días de verano. Al mismo tiempo, temían que los trajes originales no ofrecieran una protección completa contra las pérdidas térmicas durante periodos prolongados de exposición a las gélidas aguas del Atlántico Norte. El equipo de trabajo consideró entonces que los trajes para tripulantes y pasajeros de helicóptero debían resolver esos dos problemas -aparentemente contradictorios de refrigeración y aislamiento térmico-, para obtener la homologación.

El fabricante noruego Helly Hansen inició inmediatamente el desarrollo de un nuevo traje para tripulantes y pasajeros de helicóptero que incluyera todas las especificaciones. Entre otros aspectos, esas innovaciones comprendían protección contra el agua pulverizada en la cara, diversas tallas para personas de mayor o menor tamaño, un equipo de respiración autónoma, una baliza de emergencia, y la capacidad de colocar a la persona que utiliza el traje con la cara hacia arriba cuando está en el agua. Helly Hansen encargó también a SINTEF el desarrollo de soluciones para la refrigeración y el aislamiento térmico, basadas en los trabajos de este organismo en la tecnología denominada SmartWear.

El director de investigación Randi Eidsmo Reinertsen, del SINTEF Health Research -y también profesor de Fisiología en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología-, explica que el uso inteligente de materiales textiles funcionales “puede proporcionar a las prendas propiedades completamente nuevas, y en el caso de los nuevos trajes hemos utilizado nuestros conocimientos sobre cómo afectan el frío y el calor al cuerpo humano, y cómo los productos textiles pueden comportarse del mismo modo en que reacciona el cuerpo al enfriamiento y al calentamiento”.

Un elemento fundamental del nuevo traje para tripulantes y pasajeros de helicópteros es un material textil disponible en el mercado que contiene unas diminutas cápsulas embebidas en el tejido. Dichas cápsulas están rellenas con partículas microscópicas de una cera de parafina especial. Cuando la temperatura de la piel de la persona que lleva el traje se eleva por encima de los 28 ºC la cera cambia de fase sólida a líquida. “La fusión requiere calor, que es el que extrae la cera del cuerpo, y así refrigera a la persona que lleva el traje en los días cálidos,” explican los diseñadores del producto, Kristine Holbø y Jarl Reitan, del SINTEF Health Research.

La investigadora senior Hilde Færevik, también del mismo equipo de investigación, añade: “Hemos demostrado en el laboratorio que la temperatura de la piel de las personas que llevan el traje no se eleva mucho, y registrado que los sujetos de prueba no comienzan a sudar antes de que transcurran hasta 80 minutos, a una temperatura del aire de 27 grados, debido a que el proceso de fusión dura en realidad ese tiempo tan prolongado”. Una analogía de la vida cotidiana es un vaso de agua con cubitos de hielo. Hasta que el hielo se ha fundido, el agua del vaso se mantiene a la temperatura del hielo, es decir, cero grados. Sólo cuando se ha derretido el hielo comienza a incrementarse la temperatura del agua.

Los estudios de laboratorio han mostrado también que los sujetos se sienten mucho más cómodos en los nuevos trajes que en los antiguos, y Færevik y sus colegas de SINTEF han documentado además que el nuevo traje ofrece una excelente protección frente a la pérdida de calor cuando quien lo lleva está inmerso en el mar. “Creemos que esto se debe a que la cera de parafina libera el calor almacenado a medida que regresa al estado sólido, y debido a que el traje contiene aislamiento adicional en las zonas en que el cuerpo libera más calor,” comenta.

El traje garantiza que la temperatura cutánea de la persona que lo lleva nunca cae por debajo de 15 grados en ninguna parte del cuerpo, en una inmersión de seis horas en agua a dos grados Celsius. Ello garantiza, por ejemplo, que los pasajeros de un helicóptero mantienen su capacidad de asirse a objetos durante permanencias prolongadas involuntarias en el agua. Mantener calientes las manos y los pies garantiza también que el calor se distribuye de modo homogéneo a todas las partes del cuerpo, lo que es importante para la supervivencia y para la capacidad de colaborar en el propio rescate.

“Algunos críticos han declarado que los nuevos trajes resultarían excesivamente voluminosos, pero mediante la distribución inteligente del aislamiento, hemos evitado que éste ocupe demasiado espacio”, explica Jarl Reitan. El traje noruego ha resultado además vencedor en un concurso de ofertas realizado por la compañía petrolífera StatoilHydro, la primera que cambiará sus antiguos trajes para tripulantes y pasajeros de helicóptero por el nuevo modelo.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons
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