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El estrés en las algas crea nubes en los cielos costeros

La presencia de grandes cantidades de algas marinas en las áreas costeras puede influir en el clima, según investigadores de la Universidad de Manchester. El estudio recoge que las grandes algas marinas marrones, cuando están sometidas a estrés, liberan grandes cantidades de yodo inorgánico a la atmósfera costera, donde pueden contribuir a la formación de nubes.

Foto: SINC.

La investigación internacional, publicada en la revista PNAS, explica que el yodo se almacena en forma de yoduro simple-iones aislados, con carga negativa. Cuando ese yoduro se libera, actúa como el primer antioxidante inorgánico conocido, y el más sencillo, existente en ningún organismo vivo.

“Cuando las algas sufren estrés, cuando se exponen a luz intensa, por ejemplo, desecado u ozono atmosférico durante la marea baja, comienzan a liberar con mucha rapidez altas cantidades de yoduro procedente de las reservas que almacenan en sus tejidos”, declara el autor principal, Frithjof Küpper, de la Asociación Escocesa de Ciencias del Mar.

Esos iones eliminan la toxicidad del ozono y otros oxidantes que, de otro modo, podrían dañar las algas y, en ese proceso, producen yodo molecular. Küpper añade que “los nuevos datos que disponemos proporcionan una explicación biológica de porqué podemos detectar grandes cantidades de óxido de yodo e hidrocarburos halogenados volátiles en la atmósfera situada sobre las formaciones de algas y los bosques. Esos productos químicos actúan como núcleos de condensación, en torno a los cuales pueden formarse nubes”.

El coautor del artículo, Gordon McFiggans, investigador de la atmósfera en la Escuela de Ciencias de la Tierra, la Atmósfera y el Medio Ambiente de la Universidad de Manchester (SEAES) señala que “las conclusiones son aplicables a cualquier área costera en las que existan lechos extensos de algas. En el Reino Unido, corresponde habitualmente a lugares como las Hébridas, Robin Hood's Bay y Anglesey. Para prosperar, las formaciones de algas necesitan zonas rocosas intermareales (las playas de arena no son las más adecuadas para su crecimiento)”.

Como se detalla en el estudio, el incremento en el número de núcleos de condensación de nubes puede dar lugar a nubes más densas. Estas nubes son óptimamente más brillantes, y reflejan una mayor cantidad de luz solar hacia arriba, permitiendo que menos luz llegue al suelo. En este tipo de nubes existe un mayor número de pequeñas gotas e impiden la precipitación, en comparación con las nubes formadas por menor número de gotas de mayor tamaño.

“El incremento de los núcleos de condensación a causa de las algas puede dar lugar a una cobertura de nubes más extensa y más duradera en las regiones costeras con un cielo costero más encapotado, típicamente británico”, apunta McFiggans.

Las algas en el ciclo bioquímico global del yodo

El equipo de investigación halló también que las algas liberan grandes cantidades de yoduro de sus tejidos al agua del mar, como consecuencia del estrés oxidativo frente a ataques de patógenos. Afirman que, por esa causa, las algas desempeñan un papel importante en el ciclo bioquímico global del yodo y en la eliminación de ozono en las proximidades de la superficie de la Tierra.

Este estudio interdisciplinar e internacional, con aportaciones de Reino Unido, Países Bajos, Alemania, Francia, Suiza, el Laboratorio Europeo de Biología Molecular (EMBL) y EE.UU, se ha realizado casi 200 años después del descubrimiento del yodo como nuevo elemento en cenizas de algas.

Fuente: Universidad de Manchester
Derechos: Creative Commons
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