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El telescopio solar Daniel K. Inouye National ha captado desde Hawái (EE UU) las imágenes con mayor resolución del Sol. Gigantescas burbujas del tamaño de España bullen en el turbulento plasma que cubre nuestra estrella.
Las primeras imágenes del Telescopio Solar Daniel K. Inouye, que tiene la National Science Foundation (NSF) de EE UU en Hawái, son las de mayor resolución conseguidas hasta ahora. Sus detalles sin precedentes de la superficie de nuestra estrella permitirán una nueva era de la ciencia solar y un salto adelante en la comprensión del sol y sus impactos en nuestro planeta.
Las fotografías muestran un patrón de plasma 'hirviendo', con estructuras en forma de células, del tamaño de España, que son la firma de movimientos violentos que transportan el calor desde el interior del Sol hasta su superficie. Ese plasma solar caliente se eleva en los centros brillantes de las células, se enfría, y luego se hunde en forma de vías oscuras en un proceso conocido como convección.
Las imágenes muestran grandes burbujas del tamaño de España pero también pequeños elementos del tamaño de Manhattan./ NSF
Según la NSF, “el Sol es un ‘reactor nuclear gigantesco’ que quema unos cinco millones de toneladas de combustible de hidrógeno cada segundo”. Toda esa energía irradia al espacio y hace posible la vida en la Tierra. Esta actividad solar, conocida como clima espacial, puede afectar a los sistemas en la Tierra.
En la década de 1950, los científicos descubrieron que existe un viento solar que sopla desde esta gran estrella hasta los bordes del sistema solar y que vivimos dentro de su atmosfera. Las potentes erupciones magnéticas que a veces se producen en nuestra estrella pueden afectar el transporte aéreo, interrumpir las comunicaciones por satélite y derribar las redes eléctricas, causando apagones y desactivar el GPS.
"Hoy podemos predecir si va a llover prácticamente en cualquier parte del mundo con mucha precisión, pero el clima espacial no está en ese punto todavía", explica Matt Mountain, presidente de la Asociación de Universidades para la Investigación en Astronomía (EE UU). “Necesitamos captar la física subyacente detrás del clima espacial y esto comienza bajo el Sol, que es lo que estudiará el telescopio solar en las próximas décadas", añade.
En este contexto, comprender las características de los campos magnéticos del Sol resulta fundamental. Las observaciones del telescopio solar Inouy, que puede obtener imágenes de regiones de hasta 38,000 km de ancho, permitirá medirlos y caracterizarlos con más detalle, determinando las causas de la actividad solar potencialmente dañina.