Expertos destacan la necesidad de diseñar nuevos modelos de gestión de pastos

El objetivo general de la reunión era intercambiar información sobre los trabajos de investigación y desarrollo llevados a cabo en las distintas secciones temáticas de que consta el congreso. En su organización participaron de forma conjunta investigadores de la Universidad de Zaragoza, del Instituto Pirenaico de Ecología (CSIC) y del Centro de Investigación y Tecnología Agroalimentaria de Aragón (CITA).

Las conclusiones del congreso destacan la necesidad de diseñar nuevos modelos de gestión de pastos que permitan compatibilizar la producción y la conservación, ya que la provisión de servicios medioambientales por parte de los ecosistemas pastorales es una demanda social en aumento.

Para ello se requiere incorporar nuevos conocimientos y tecnologías, sin dejar por ello de integrar los modos tradicionales de explotación. Además de la investigación, se destacó la importancia de la docencia y la transferencia de los conocimientos adquiridos a los sectores implicados, para que los traduzcan en verdaderas herramientas de gestión técnica, económica, ambiental y social.

Toda esta información científica ha quedado registrada en un volumen de más de 650 páginas (La multifuncionalidad de los pastos: producción ganadera sostenible y gestión de los ecosistemas, Editores: R. Reiné, O. Barrantes, A. Broca, C. Ferrer.) publicado con la financiación del Departamento de Agricultura y Alimentación del Gobierno de Aragón, y del MARM.

La multifuncionalidad de los pastos

Desde su fundación la SEEP ha defendido la “multifuncionalidad” de los pastos, ya que además de su importancia económica como recurso alimenticio para el ganado, se reconoce su valor ecológico y social. Los sistemas de ganadería ligada a la tierra se ubican en áreas rurales y constituyen una parte sustancial de los espacios agrarios considerados de alto valor natural, muchos de ellos incluidos en la Red Natura 2000.

Otros valores de los pastos se relacionan con su capacidad para hacer viables social y económicamente las áreas rurales (en las que la agricultura y la ganadería siguen siendo la principal actividad económica), con la conservación del patrimonio cultural, y con beneficios económicos potenciales distintos de los tradicionales, ya que los ecosistemas agrarios dan soporte a una amplia diversificación de actividades en el medio rural (turismo, esquí, deportes de aventura, productos diferenciados, caza, etc.).

Este conjunto de beneficios económicos, ecológicos y sociales que representa lo agrario, y en concreto los pastos, está ampliamente reconocido en la última reforma de la PAC (Política Agraria Comunitaria), que tiene por objeto promover un desarrollo rural sostenible basado, principalmente, en esta multifuncionalidad.

El enfoque que se da desde la SEEP al estudio de la multifuncionalidad es pluridisciplinar, puesto que se contemplan aspectos tan diversos como la preocupación por el mantenimiento del paisaje en mosaico y de la biodiversidad animal y vegetal; la limpieza del monte por el ganado y la consiguiente disminución de la probabilidad, frecuencia e intensidad de los incendios; la conservación de las vías pecuarias como corredores ecológicos; el mantenimiento de las razas ganaderas autóctonas y sus sistemas de producción asociados, vinculados al uso de pastos regionales o locales; o la calidad y seguridad alimentaria de los productos ganaderos obtenidos en pastoreo.