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Un estudio, que ha analizado la representación femenina en un congreso de ecología, demuestra que todavía existen desigualdades entre hombres y mujeres en el ámbito científico. Los resultados revelan la importancia de tener mujeres en posiciones visibles o de prestigio para aumentar el sentimiento de pertenencia en ciencia.
Un estudio liderado por Anna Lupon, del Centro de Estudios Avanzados de Blanes (CEAB-CSIC), junto con científicos y científicas de diferentes centros y universidades, entre ellos el Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales (CREAF) y el Instituto de Ciencias del Mar (ICM-CSIC), ha constatado que la mayoría de investigadores no son conscientes de la disparidad de género en la ciencia. El trabajo ha sido publicado en la revista Plos One.
Para su elaboración, se ha analizado la representación femenina en el 1r Congreso de la Sociedad Ibérica de Ecología (SIBECOL), celebrado en Barcelona en 2019. La elección de este congreso se debe a que la ecología es una de las disciplinas científicas donde existe una mayor presencia de mujeres. En concreto, las autoras y autores del estudio se han fijado en el rol, percepción, experiencia personal y visibilidad de las científicas en este evento.
A pesar de las recientes políticas encaradas a reducir las desigualdades entre hombres y mujeres en el mundo científico, los sesgos de género siguen siendo evidentes en aspectos clave en relación al progreso de la carrera científica, como pueden ser la adquisición de becas o premios, la asistencia a congresos o las apariciones en los primeros o últimos puestos de autoría en artículos relevantes.
Estos desequilibrios de género, que según las autoras y autores del estudio son alarmantes en sí mismos, reducen la visibilidad de las mujeres investigadoras, pudiendo desencadenar círculos viciosos de sesgo de género que explican la persistencia del techo de cristal.
En este sentido, las conferencias y congresos son plataformas ideales para estudiar las brechas de género en el mundo científico, puesto que son eventos culturales importantes que reflejan las barreras y obstáculos existentes para las mujeres en el ámbito científico.
Uno de los resultados más preocupantes ha sido que la mayoría de los encuestados, incluyendo mujeres, no notaron disparidades de género en la participación durante el tiempo de preguntas y respuestas. La minoría que sí detectó estas desigualdades eran mayoritariamente mujeres, que percibieron más estereotipos machistas y se sintieron más excluidas que los hombres.
Aunque en términos de asistencia, autorías y presentaciones la conferencia presentaba un equilibrio de género, las científicas estuvieron menos representadas en las posiciones más prestigiosas de esta, como son las ponencias magistrales (33 %) o las últimas autorías (29 %). Además, las mujeres eran minoría (menos del 40 %) tanto en los comités organizadores como científicos.
Estos resultados coinciden con estudios anteriores que muestran que, aunque el campo de la ecología está generalmente dominado por mujeres a nivel estudiantil, las mujeres todavía están poco representadas en cargos académicos de alto nivel y prestigio.
En las charlas analizadas, la proporción de mujeres y hombres entre la audiencia fue similar (40 y 60 %, respectivamente) independientemente del género del ponente. Sin embargo, el número total de asistentes fue un 12,3 % superior cuando el ponente era un hombre que cuando era una mujer.
Otro resultado preocupante del estudio es que las mujeres participaron menos que los varones en los turnos de preguntas y respuestas. En concreto, de todas las charlas que recibieron preguntas, solo en un 37 % de los casos una mujer hizo la primera pregunta.
Por otro lado, mujeres y hombres hicieron un número similar de preguntas cuando la ponente o moderadora era una mujer, mientras que los hombres hacían más preguntas cuando el ponente o moderador era un hombre. Estos resultados demuestran que es importante tener mujeres en posiciones visibles o de prestigio a fin de aumentar el sentimiento de pertenencia de las mujeres en ciencia.
Sin embargo, los resultados del estudio ponen de manifiesto la importancia de avanzar hacia una mayor inclusión de las mujeres, ya que esta invisibilidad puede afectar a su bienestar y a la motivación para seguir una carrera científica.
Asimismo, según subrayan las autoras y autores del estudio, “puede comprometer la calidad general de la academia, que se beneficia de la integración de diferentes perspectivas”. Por eso, apuestan por seguir evaluando los factores que dificultan el éxito de las mujeres a la ciencia con el objetivo de garantizar un futuro equitativo en las disciplinas científicas.
“Este enfoque multidimensional del estudio es fundamental para ofrecer una evaluación integral de la situación de las mujeres en las ciencias y para desarrollar la elaboración de políticas basadas en la evidencia que promuevan conferencias científicas inclusivas”, concluye Anna Lupon, investigadora del CEAB-CSIC.
Referencia:
Lupon et al. (2021) “Towards women-inclusive ecology: Representation, behavior, and perception of women at an international conference”. PLoS ONE