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Investigadores del Centro Nacional de Aceleradores en Sevilla y otros 30 centros internacionales han confirmado que los niveles elevados de plutonio y yodo radiactivo que presentan las algas del mar Báltico se deben al impacto del accidente de Chernóbil en 1986, así como a las descargas de radionucleidos procedentes de la planta de reprocesamiento de Sellafield, en Reino Unido. El estudio forma parte de procesos de certificación para la Organización Internacional de la Energía Atómica.
El Centro Nacional de Aceleradores (CNA, Universidad de Sevilla-Junta de Andalucía-CSIC), en Sevilla, colabora con el laboratorio de medio ambiente marino de la Organización Internacional de la Energía Atómica (IAEA), en Mónaco. Este laboratorio distribuye muestras afectadas por diversas fuentes de contaminación radiactiva entre diferentes centros para que estudien la presencia de radionucleidos mediante técnicas radiométricas o de espectrometría de masas.
En este contexto, un trabajo desarrollado por los miembros del grupo de Espectrometría de Masas con Aceleradores del CNA ha analizado los niveles de plutonio Pu-239 y Pu-240 y yodo I-129 en algas procedentes del mar Báltico. Los investigadores han confirmado los niveles elevados de radionucleidos antropogénicos debidos al impacto del accidente de Chernóbil en 1986 y las descargas de radionucleidos desde la planta de reprocesamiento de Sellafield (Reino Unido).
De este modo se ha obtenido un estudio estadístico de los resultados, estableciendo valores de referencia para las algas. Los resultados se han publicado en la revista Applied Radiation and Isotopes en un estudio en el que han participado otras 30 instituciones de España y otros países.
La determinación exacta y precisa de las concentraciones de radionucleidos en muestras marinas es importante para las evaluaciones de radiactividad marina y para el estudio de procesos oceanográficos.
En los próximos meses se abordará el estudio de sedimentos procedentes del atolón Bikini, en el océano Pacífico, donde Estados Unidos llevó a cabo entre 1950 y 1963 la mayoría de sus pruebas termonucleares. Se incluirá la determinación de U-236, isótopo de uranio de origen esencialmente antropogénico de gran interés en estudios oceanográficos.
Los resultados obtenidos permiten certificar los distintos materiales empleados para diversos radioisótopos y que posteriormente serán empleados para controles de calidad que validan los métodos empleados en su medida. Según indica la doctora Elena Chamizo Calvo, “en el CNA analizamos diferentes muestras proporcionadas por la IAEA que se encuentran en proceso de certificación”.
La IAEA es la organización internacional de cooperación en el campo de la energía nuclear. Fue creada en 1957 dentro de la Organización de las Naciones Unidas. La agencia trabaja con sus estados miembros y socios en todo el mundo para promover tecnologías nucleares seguras y pacíficas.
Este organismo internacional se ha encargado del control de eventos tales como los accidentes nucleares de Chernobyl y Fukushima, siendo sus objetivos que la energía nuclear no se utilice con fines militares y establecer normas de seguridad nuclear y protección ambiental.
Referencia bibliográfica:
“M.K. Pham, M. Benmansour, F.P. Carvalho, E. Chamizo, D. Degering, C. Engeler, C. Gascó, J.P. Gwynn, A.V. Harms, E. Hrnecek, F.L. Ibanez, C. Ilchmann, T. Ikaheimonen, G. Kanischm, M. Kloster, M. Llaurado, A. Mauring, B. MØller, T. Morimoto, S.P. Nielsen, H. Nies, L.D.R. Norrlid, H.B.L. Pettersson, P.P. Povinec, U. Rieth, C. Samuelsson, J. Schikowski, B.V. Šilobritiene, P.A. Smedley, M. Suplinska, V.-P. Vartti, E. Vasileva, J. Wong, T. Zalewska, W. Zhou”. “Certified Reference Material IAEA-446 for radionuclides in Baltic Sea seaweed” Applied Radiation and Isotopes (2013). http://dx.doi.org/10.1016/j.apradiso.2013.11.013