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Las colecciones privadas de historia natural son una fuente de material científico

Investigadores españoles han estudiado el papel de los pequeños fondos privados de animales naturalizados como material científico. El trabajo, publicado en ‘BioScience’, ha evaluado los fondos históricos de 112 colecciones en Europa y EE UU.

mariposas disecadas
Los autores proponen la creación de protocolos para localizar, legalizar y conservar los especímenes, así como información asociada. Imagen: Ivan Walsh.

Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha analizado el papel de las colecciones de historia de natural de museos pequeños y fondos privados no científicos como fuente de material de investigación.

Las colecciones pequeñas y los fondos privados cubren franjas espaciales y temporales mayores que los grandes museos científicos

Según este trabajo, publicado en la revista BioScience, dichos fondos –que apenas aparecen citados en publicaciones científicas– pueden ofrecer información sobre las especies naturalizadas no recogida por los grandes museos científicos.

“En este trabajo hemos usado al lince ibérico como modelo para estudiar la importancia de estas colecciones históricas, que normalmente pasan desapercibidas, y las hemos comparado con las colecciones de grandes museos científicos”, explica Mireia Casas, investigadora de la Estación Biológica de Doñana.

El objetivo ha sido evaluar la necesidad de preservar dichas colecciones, ya que con el paso del tiempo muchas se pierden. “Con ellas desaparece también información sobre la especie que podría ser valiosa, como ADN que permita estudiar cómo eran las poblaciones en el pasado”, apunta Casas.

Para los autores, las colecciones pequeñas y los fondos privados cubren franjas espaciales y temporales mayores que los grandes museos científicos, “posiblemente porque los grandes museos científicos centraron sus estudios en ciertas áreas y ciertos periodos”, comenta la investigadora.

Desaparición de especímenes

Tras analizar las colecciones de historia natural de 14 grandes museos de Europa y EE UU, 23 museos menores y 75 fondos privados en España y Portugal, los investigadores contabilizaron 466 especímenes de lince ibérico.

“El censo comenzó en 1987 y unos 20 años después, cuando tratamos de localizar de nuevo todos los ejemplares, descubrimos que muchos especímenes habían desaparecido de las colecciones pequeñas y de los fondos privados. Una de las causas principales de esa disminución es que muchos de los especímenes se conservaron en mal estado”, añade Casas.

Para evitar esta pérdida del potencial material científico, los autores proponen la creación de protocolos para localizar, legalizar y conservar los especímenes, así como la información asociada a ellos.

“Creemos que debería considerarse la inclusión de esos ejemplares naturalizados en las bases de datos digitales y en las propias colecciones de los grandes museos científicos donde se asegure su perpetuidad en el tiempo”, concluye la investigadora.

Referencia bibliográfica:

Mireia Casas‐Marce, Eloy Revilla. Margarida Fernandes, Alejandro Rodríguez, Miguel Delibes, José A. Godoy. “The Value of Hidden Scientific Resources: Preserved Animal Specimens from Private Collections and Small Museums”. BioScience DOI: 10.1525/bio.2012.62.12.9

Fuente: CSIC
Derechos: Creative Commons
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