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Un estudio del CSIC analiza la orientación de las estrías dejadas en los dientes por los utensilios. El trabajo muestra que los neandertales poseían un patrón de asimetría cerebral similar al del hombre actual, y que el uso preferente de una mano se establecía desde la infancia. Por otra parte, uno de los individuos estudiados cambió de mano dominante al final de su vida, debido a una infección bucal que afectó a su forma de utilizar las manos.
Once de los trece neandertales que habitaron en la cueva de El Sidrón (Asturias) eran diestros. Este es uno de los resultados de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en el que se han analizado las estrías de más de 60 piezas dentales de esta especie homínida. El trabajo, publicado en PLOS ONE, muestra,junto con otras evidencias anatómicas y funcionales de lateralización del encéfalo, que los neandertales poseían un patrón de asimetría cerebral similar al del hombre actual.
"La lateralidad manual es reflejo de una organización especializada del cerebro, por lo que su origen evolutivo ha sido motivo de investigación desde hace décadas. Aunque algunos primates pueden tener una cierta tendencia al uso preferente de una de sus manos, una estricta lateralización solo se observa en las especies humanas”, explica el investigador del CSIC Antonio Rosas, del Museo Nacional de Ciencias Naturales.
Según Rosas, director de la investigación, el poder estudiar conjuntamente once individuos de un mismo grupo neandertal constituye un hecho singular y confirma que la lateralidad en el uso de la mano derecha es un fenómeno poblacional. Falta por determinar si los dos individuos restantes del grupo de 13 neandertales de El Sidrón eran diestros o zurdos, ya que entre sus restos no se conservan las piezas dentales.
De los 27 neandertales analizados en todo el mundo hasta la fecha, tan sólo dos han mostrado indicios de un uso preferente la mano izquierda, porcentaje que coincide con la lateralidad cerebral observada en los humanos actuales.
Estrías culturales
Mediante microscopía electrónica, los investigadores han podido estudiar con detalle las pautas de orientación y direccionalidad en incisivos y caninos de las llamadas estrías culturales. “Para ayudarse en la elaboración de trabajos, los pobladores prehistóricos empleaban la boca como una tercera mano, en lo que denominamos el‘gesto de agarra y corta’. Con la boca sujetaban pieles, carne, tendones y fibras vegetales, materiales que tensaban con una mano y cortaban o raspaban con la otra.Durante estas prácticas, en ocasiones los instrumentos de piedra rozaban los dientes, y dejaban unas características marcas”, comenta la investigadora del CSIC Almudena Estalrrich.
Este estudio pone de manifiesto que el uso preferente de una mano frente a la otra en neandertales se establece ya desde la infancia, tal y como ocurre en los humanos modernos, ya que entre los 11 individuos analizados se encuentra un niño de entre 6 y 8 años que presenta el mismo patrón de lateralidad que los adultos.
Cambio en la lateralidad
Hay, sin embargo, una excepción relativa al uso dominante de la mano derecha entre los neandertales asturianos. El conocido como Adulto 2 muestra signos de haber cambiado de mano preferente al final de su vida. Los dientes anteriores muestran una superposición de estrías culturales de orientación izquierda sobre otras de orientación derecha. Esto indica que el Adulto 2 fue diestro la mayor parte de su vida pero que una infección dental pudo provocar una inflamación que le obligó a cambiar de hábitos bucales y manuales.
Este proceso infeccioso tuvo su origen en una malformación dentaria, posiblemente genética, que ha permitido a los investigadores rastrear aspectos de la vida de este individuo, desde su formación durante la fase embrionaria hasta su fallecimiento.Los resultados de ese análisis han sido publicados en la revista Journal of Human Evolution.
“Este individuo presenta un canino incluido en el interior de la mandíbula que nunca llegó a hacer erupción. Además, conserva el canino de leche, cuya forma anómala permitió la entrada de agentes infecciosos que, sumados a la malformación genética, propiciaron una serie de lesiones que le obligaron a cambiar el uso de la boca y, por extensión, también de las manos”, concluye Rosas.
La excavación de la cueva de El Sidrón (Borines, Asturias) está subvencionada por la Consejería de Cultura del Gobierno autonómico de Asturias y dirigida por el investigador de la Universidad de Oviedo Marco de la Rasilla.
Referencias bibliográficas:
Almudena Estalrrich, Antonio Rosas. "Handedness in Neandertals from El Sidrón (Asturias, Spain): Evidence from Instrumental Striations with Ontogenetic Inferences". PLOS ONE.
M.C. Dean, A. Rosas, A. Estalrrich, A. García‐Tabernero, R. Huguet, C. Lalueza‐Fox, M. Bastir, M. de la Rasilla. "Longstanding dental pathology in Neandertals from El Sidrón (Asturias, Spain) with aprobable familial basis". Journal of Human Evolution. DOI: 10.1016/j.jhevol.2013.03.004