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Papel estucado, nueva adquisición de la industria cementera.

Desde hace tiempo se viene estudiando la posibilidad de valorizar un residuo considerado como inerte, tal como es el lodo de papel que se desecha después de su empleo repetidas veces en la fabricación del mismo. La manera de prescindir del residuo ha sido enviándolo a vertedero, no obstante, recientes investigaciones le han conferido un valor añadido al incorporarlo en la industria cementera en alguna de las etapas de fabricación de diferentes materiales (como combustible debido a su materia orgánica, en la fabricación del filler por la concentración de carbonato, etc).

Lodo de papel calcinado. Imagen: UAM.

Hasta el momento, en el mencionado residuo se ha estudiado el lodo de papel tradicional y se ha aceptado como adición puzolánica (serie de reacciones ocurridas durante la etapa de endurecimiento y que contribuyen al crecimiento de las resistencias a compresión) en los cementos, debido a su contenido en caolinita y calcita. Avanzando en la investigación, en el trabajo realizado por la Dra. Rosario García del Departamento de Geología y Geoquímica de la Universidad Autónoma de Madrid y publicado en Applied Clay Science, el uso de residuos de papel estucado en la misma industria, que se generan en gran cantidad como desecho de revistas, sobre todo.

Sobre el mencionado residuo se han efectuado ensayos de calcinación del material base en el rango térmico de 600º, 650º y 700ºC durante 2 y 5 horas, al objeto de eliminar la materia orgánica de la celulosa y optimizar las condiciones. La calcinación en estufa transforma la caolinita cristalina del papel en metacaolinita amorfa, susceptible de incorporarse a los cementos como adición activa y así evitar la necesidad de incorporar arcillas naturales tipo caolín, con el consiguiente beneficio medioambiental (eliminar un residuo y minimizar la extracción mineral).

Mediante los estudios realizados con microscopía electrónica de barrido, difracción de Rayos X, análisis químico por fluorescencia de Rayos X y actividad puzolánica, se concluye que el rango térmico óptimo para el uso del lodo es el de 650ºC durante dos horas, generándose un material de aplicación en la industria de la construcción aprovechando el residuo y eliminado su destino a vertedero, con lo que se ha conseguido la valorización y por supuesto, la mayor calidad medioambiental.

Fuente: Universidad Autónoma de Madrid
Derechos: Creative Commons
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