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Manuel Morales, del Departamento de Ecología de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), en colaboración con investigadores internacionales, ha podido estudiar y comprobar que reforzar con sisones españoles (especie sedentaria) el oeste de Francia amenaza la supervivencia de la población migradora de sisones de esta zona.
El sisón es un ave esteparia globalmente amenazada que ha experimentado en el oeste de Francia el declive poblacional más pronunciado hasta ahora descrito en aves (94% de pérdida de efectivos en 20 años).
Esta población es la única en Europa occidental que exhibe un comportamiento completamente migrador: prácticamente el 100 % de los individuos pasan el invierno en la Península Ibérica.
El seguimiento con radio-emisores de sisones procedentes de dicha población, tanto nacidos y criados en libertad, como liberados tras ser criados en cautividad bajo un programa de refuerzo poblacional para frenar el declive de esas poblaciones, ha revelado que no existen diferencias en el comportamiento migratorio y patrón de movimientos entre aves salvajes y criadas en cautividad (coincidieron en fechas de partida, zonas de invernada y fechas de regreso).
Pero esto sólo fue así para los sisones de refuerzo de origen francés. Por el contrario, los sisones de refuerzo nacidos de huevos procedentes del centro de España, no abandonaron las zonas de cría durante el invierno.
En el estudio, en el que ha participado Manuel Morales del Departamento de Ecología de la UAM y que ha sido publicado en IBIS, los investigadores pudieron observar que ninguno de los sisones de refuerzo nacidos de huevos recogidos en España realizó la migración, amenazando con ello la persistencia del comportamiento migratorio en la población francesa.
En consecuencia, debe descartarse el empleo de aves procedentes de las poblaciones sedentarias de la Península Ibérica en el refuerzo de las poblaciones migradoras, ya que pone en peligro la persistencia del comportamiento migratorio en las mismas y, por tanto, compromete su supervivencia a largo plazo.
Una investigación en la que participa el CSIC revela por primera vez los efectos perjudiciales a largo plazo del ruido del tráfico en estos animales, incluso años después de la exposición. Según las investigadoras, esta contaminación acústica podría tener un impacto aún mayor en otras especies cuya sensibilidad al sonido se desarrolla durante la vida prenatal.
Los autores del estudio, entre los que figuran varios investigadores de la Universidad de Sevilla, han utilizado 1.800 millones de letras de código genético de más de 9.500 especies que cubren casi 8.000 géneros conocidos de plantas con flores.
