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El final de la fase competitiva del Juego del Big Bang 2.0 se pospone hasta el martes 31 de mayo. El creciente aumento de usuarios ha obligado a contemplar la posibilidad de dar a los jugadores 30 días más de competición para poder optar a uno de los muchos premios que ofrece el innovador proyecto del Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña.
Los usuarios y jugadores del Juego del Big Bang tienen 30 días más para demostrar quién es el mejor experto y jugador de la nueva edición de la plataforma. La decisión, impulsada por la organización, va encaminada a consolidar la relación con los usuarios procedentes de las redes sociales. El proyecto defiende la influencia de las redes sociales como una herramienta más de divulgación científica y pretende finalizar esa edición con una comunidad virtual consolidada. El creciente numero de usuarios procedentes de redes como Twitter y Facebook ha hecho contemplar la posibilidad de alargar la competición además de dar más margen a los participantes y aficionados del juego.
Ya se conocen los tres primeros premios de la categoría individual: el primero un viaje a Ginebra para visitar el CERN, seguido de un libro electrónico y una cámara de fotos digital. Por otra parte, también se conoce el primer premio en categoría de grupo, una visita al sincrotrón Alba que se encuentra en el Parque Tecnológico del Vallès (Barcelona). Quedan por definir los premios individuales para los mejores jugadores de cada juego y el segundo y el tercer premio de categoría de grupo.
El Museo de la Ciencia y de la Técnica de Cataluña (mNACTEC), con la colaboración del Departamento de Educación de la Generalitat de Catalunya, creó a través de su Red Telemática Educativa (XTEC) el Juego del Big Bang, de carácter virtual, para poner al alcance de los jóvenes y de la población en general un recurso de entretenimiento y divulgación científica que, a la vez, quiere facilitar el conocimiento sobre el origen del universo y la física de partículas.
Investigadores del instituto ICFO y otros centros internacionales han logrado, por primera vez, la llamada polarización de valles en un material grueso centrosimétrico. Este avance tan específico podría ayudar en el procesamiento de información y la computación cuántica.
Investigadores del Instituto de Ciencias Fotónicas (ICFO) han construido un microscopio capaz de observar átomos individuales en un gas cuántico de estroncio. Su nombre: QUIONE, como la diosa griega de la nieve.
