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Un estudio revela que el diseño urbano no causa la obesidad

Las personas en barrios dispersos pesan más porque las características que las hacen obesas propician que prefieran vivir en estas zonas, según un estudio realizado por un investigador visitante de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M) que analiza la relación entre el crecimiento urbano disperso y la obesidad.

Crédito: ISFTIC

Las construcciones están más dispersas cuanto mayor es la cantidad de espacio abierto alrededor de las casas, como ocurre en el caso de las urbanizaciones de chalets, por ejemplo. Una de las razones por las que el crecimiento disperso ha atraído la atención es que algunos expertos en la materia afirman que tiene consecuencias perniciosas sobre la salud, convirtiéndose en uno de los factores causantes de la obesidad. Entonces, ¿es cierto que la expansión desordenada de las ciudades provoca la expansión desmesurada del cuerpo humano? “No, según nuestra investigación”, explica el investigador visitante de la UC3M Diego Puga, uno de los autores del estudio, que se muestra tajante al respecto: “La conexión causa-efecto que muchos sostienen que existe entre el crecimiento disperso y la obesidad es un espejismo”, afirma el economista. Según su análisis, las personas que habitan en barrios dispersos suelen pesar más porque las mismas características y circunstancias que las hacen obesas (por ejemplo, una aversión a caminar) hacen que prefieran vivir en barrios dispersos para, por ejemplo, poder desplazarse en coche.

Las implicaciones que tiene este hallazgo afectan de forma directa a la política y planificación urbanística, ya que hay expertos que sugieren que una planificación urbana enfocada hacia una vida activa y sana podría ser una herramienta importante para contener la obesidad. “Nuestros resultados – comenta Puga - indican que tales esfuerzos están mal orientados y que la batalla de la salud pública contra la obesidad es mejor librarla en otros frentes”.

Obesidad española

Sin embargo, las afirmaciones sobre las consecuencias negativas del crecimiento disperso como una de las causas de la obesidad han tenido gran alcance en la prensa y la opinión pública, según los autores del estudio, que indican que la importancia potencial de esta conexión no debe ser subestimada. Y es que la incidencia de la obesidad en Estados Unidos y otros países, incluyendo España, ha aumentado mucho durante las dos últimas décadas. Según la última Encuesta Nacional de Salud el 37,8 por ciento de las personas mayores de edad tiene sobrepeso y un 15,6 por ciento presenta obesidad, mientras que entre la población de 2 a 17 años, el 18,7 por ciento tiene sobrepeso y el 8,9 por ciento obesidad.

Lo que sí confirma esta investigación es la opinión divulgada habitualmente según la cual las personas que viven en barrios dispersos tienden a pesar más que quienes viven en otros donde la construcción es más compacta, con múltiples tiendas y actividades de ocio a distancias lo bastante cortas como para ir caminando. “Pero esto no es porque los barrios dispersos hagan que los individuos ganen peso, sino porque los que tienen una propensión natural a ser obesos tienden a vivir en barrios donde sea más fácil desplazarse en coche”, aclara Diego Puga, que es Catedrático de Investigación del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) en Ciencias Sociales.

Para estudiar el papel de este proceso de auto-selección, los investigadores conectaron datos de la utilización del suelo obtenidos mediante imágenes de satélite con los resultados de una encuesta que proporcionaba el peso y domicilio de casi 6000 individuos año a año. “Dado que aproximadamente el 80 por ciento de la gente en la muestra cambió de residencia durante el período del estudio, podemos comprobar si la gente realmente aumentó de peso cuando se trasladó a un barrio más disperso o si perdió peso cuando se trasladó a un barrio más compacto”, explica el profesor Puga. Y lo que pudieron comprobar los investigadores es que cuando la gente se muda a un barrio distinto, su peso no se ve afectado.

Este estudio ha sido publicado en el Journal of Urban Economics con el título “Fat City: Questioning the relationship between urban sprawl and obesity” por Jean Eid y Mathew A. Turner, de la Universidad de Toronto; Henry G. Overman, del London School of Economics; y el profesor Diego Puga, de IMDEA Ciencias Sociales y la Universidad Carlos III de Madrid.

Más información:

Oficina de Información Científica

Fuente: UC3M
Derechos: Creative Commons

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