El conocimiento del genoma de las plantas está permitiendo que los científicos identifiquen las funciones de cada uno de sus genes y puedan trabajar con ellos para lograr mejores resultados en algunos cultivos, protegiéndolos de agresiones externas, lo cual mejora su productividad, o añadiéndoles propiedades nutritivas. Un buen ejemplo es el trabajo que desarrollan algunos científicos del Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale), de la Universidad de Salamanca. El equipo, dirigido por Óscar Lorenzo, investiga cómo hacer resistentes las plantas a los estreses abióticos, es decir, la sequía, la salinidad, el frío o las altas temperaturas, todas aquellas agresiones que no están causadas por otros organismos vivos.
Regeneración de Pinus pinaster tras un incendio.
Desde hace varios años, los científicos utilizan las observaciones satelitales para mejorar la estimación del balance hidrológico y de los rendimientos agrícolas a gran escala (sector agrícola de riego, cuenca,...). Las investigaciones se realizaron en el Centro de Estudios Espaciales de la Biosfera de Toulouse (Francia).
El Instituto de Biodiversidad CIBIO ha firmado un proyecto de investigación con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) para frenar la expansión de Arundo donax, una de las plantas invasoras más destructivas en California. La investigadora de la Universidad de Alicante, Maria Ángeles Marcos, dirigirá los trabajos centrados en la cochinilla Rhizaspidiotus donacis como uno de los principales agentes biológicos que pueden controlar la expansión de esta planta.
El grupo de investigación de Sistemas Agroforestales de la Escuela Politécnica Superior trabaja actualmente en el estudio de técnicas de cultivo de plantas medicinales silvestres, que permita su domesticación para satisfacer la demanda del mercado sin comprometer la persistencia de las poblaciones silvestres, con frecuencia sometidas a una sobreexplotación.
Un grupo de investigadores de la Universidad de León estudia la capacidad de una especie del grupo de las bacterias corineformes (Corynebacterium glutamicum) de destoxificar metales pesados presentes en las aguas, fundamentalmente arsénico. Modificando el contenido genético de estos microorganismos, los científicos han conseguido que las bacterias retengan el arsénico y no lo liberen al exterior, obteniendo así bioacumuladores de esta sustancia tóxica que podrían ser utilizados para eliminar parcialmente el arsénico presente en el agua residual de explotaciones mineras y en la de consumo humano.
La judía de El Barco de Ávila es una de las joyas de la gastronomía abulense, reconocida por ello con una Denominación de Origen. Ahora, un grupo de profesores de la Universidad Católica de Ávila, encabezados por el entomólogo Guillermo Pérez Andueza y con la colaboración del Consejo Regulador de la Indicación Geográfica Protegida ‘Judías de El Barco’ y la Cooperativa Campesina Tormes, estudian sus características.
Los nematodos de quiste de la patata, Globodera en sus dos especies G. pallida y G. rostochiensis, constituyen un gran problema en las zonas de patata de siembra, sobre todo en el norte de Castilla y León, tanto en la provincia de Palencia como en la burgalesa.
En el futuro, el cambio climático traerá consigo un aumento de las superficies salinas de la Tierra y un incremento de la concentración de CO2 en la atmósfera. Sin embargo, el elevado CO2 tiene efectos positivos sobre la fisiología de las plantas de cebada e incrementa su tolerancia a la salinidad. Así se desprende de la tesis doctoral que Usue Pérez-López ha presentado en la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).
Óscar Lorenzo, científico del Centro Hispanoluso de Investigaciones Agrarias (Ciale), de la Universidad de Salamanca, ha sido galardonado con el premio Joven Investigador Europeo 2008 de la Federación Europea de Sociedades de Biología Vegetal. Este galardón reconoce la trayectoria de los mejores investigadores menores de 35 años en el campo de la Biología Molecular de plantas.