Los modelos de cambio climático pronostican un descenso en las precipitaciones de la región mediterránea, lo que puede provocar que las lluvias de final de verano se retrasen, como está pasando. Un equipo de científicos españoles ha analizado cómo afecta este retraso de las precipitaciones a una especie de insectos coleópteros, los gorgojos. En los años con lluvias más tardías, los machos tuvieron más problemas que las hembras a la hora de emerger a la superficie, lo que podría reducir la diversidad genética de la población.
Con el deshielo de la Antártida llega agua dulce al océano que perturba la formación de las aguas densas profundas tan importantes para el sistema climático de la Tierra. Un equipo internacional de científicos ha contado con la excepcional colaboración de elefantes marinos del sur para compilar datos inaccesibles y confirmar que la adición de agua dulce reduce la densidad de las aguas densas que se forman en la plataforma continental.
Son un clásico del verano in crescendo. La presencia de medusas ha aumentado en las costas españolas en un nuevo escenario marítimo, fruto del cambio climático. La acción del hombre, la sobrepesca y el vertido de aguas residuales tienen mucho que ver con que la especie se acerque cada vez más al litoral.
Si les dan a elegir entre cooperar o competir, los chimpancés optan casi siempre por lo primero. Este hecho implicaría que estos primates y los seres humanos utilizan mecanismos similares para superar la competencia y lograr objetivos comunes, según un estudio liderado por el Centro Nacional de Investigación de Primates Yerkes en EE UU.
Un equipo de investigadores de la UNED ha descrito el primer dinosaurio del yacimiento del Cretácico Superior de Lo Hueco en Cuenca. Bautizado como Lohuecotitan pandafilandi en homenaje a uno de los gigantes de Miguel de Cervantes, este dinosaurio habitó la península ibérica hace unos 75 millones de años y forma parte de los últimos dinosaurios gigantes de Europa.
Aunque la dentadura del extinto león marsupial no era la propia de un depredador, este animal, protagonista de nuestro #Cienciaalobestia, fue uno de los cazadores más destructivos hasta su extinción hace 30.000 años. Investigadores de la Universidad de Málaga y de Bristol revelan que sus codos le permitían una movilidad del antebrazo similar al de los primates. Esta ventaja, junto a sus poderosas garras retráctiles, le otorgaba un estilo de caza único entre los carnívoros.
Un trabajo realizado por científicos de España y EE UU ha desvelado cómo funcionan un tipo de proteínas celulares: las chaperonas, en concreto las Hsp70. Como si fueran máquinas nanométricas, las Hsp70 generan fuerza sobre otras proteínas, como la clatrina, a través de colisiones y estiramientos para romper uniones entre ellas o transportarlas a través de las membranas de distintos compartimentos celulares.
Rediseñar una vida con nuevas potencialidades modificando su código genético podría ser la trama de una película de ciencia ficción. Ahora, un equipo de la Universidad de Harvard ha logrado ‘hackear’ el ADN de la bacteria Escherichia coli reduciendo de 64 a 57 el número de codones. Un organismo recodificado podría tener funcionalidades jamás vistas en la naturaleza y ahorrar gastos en la industria farmacéutica, dicen los autores.
Un sombrero de piel de oso, una funda de flechas de corzo y abrigo de cuero de cabra. Estas son algunas de las prendas que llevaba Ötzi en el momento de su muerte en los Alpes italianos hace más de 5.000 años. La composición de la vestimenta de la famosa momia acaba de ser desvelada tras un estudio de científicos italianos e irlandeses que ha secuenciado los genomas mitocondriales de nueve fragmentos del cuero de su indumentaria.
Un grupo de investigadoras del la Universidad del País Vasco ha rastreado las huellas genéticas de los habitantes extintos del poblado de La Hoya (Álava). El análisis de los linajes maternos no descarta la continuidad genética en los grupos humanos de la zona desde la Edad de Bronce hasta la actualidad.