Un estudio en Nature Neuroscience muestra que señales visuales de enfermedad, presentadas en un entorno de realidad virtual, activan zonas cerebrales de alerta y desencadenan una respuesta inmunitaria similar a la provocada por patógenos reales.
Una nueva investigación ha identificado las regiones del ADN relacionadas con este trastorno del habla. El trabajo también apunta a similitudes genéticas con otras condiciones neuropsicológicas y desafía creencias arraigadas que alimentan su estigmatización.
Una vértebra infantil hallada en el yacimiento burgalés de Gran Dolina presenta cortes precisos que indican la separación deliberada de la cabeza del cuerpo. Los científicos ven en esta práctica una estrategia recurrente de aprovechamiento de carne humana entre los primeros homínidos que habitaron la zona.