Se han detectado 31 casos en aves silvestres y 4 en ejemplares de corral. Tres investigadoras alertan de que los riesgos para las aves crecerán con la llegada del otoño, aunque el impacto en humanos se considera muy bajo.
La gripe aviar ha regresado con fuerza a España este verano. Desde el 18 de julio, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha notificado brotes en aves de corral en Extremadura, País Vasco, Andalucía y Castilla-La Mancha. A estos casos se suman 31 focos en aves silvestres, lo que ha obligado a declarar el nivel 2 de alerta en Andalucía y cerrar temporalmente varios parques de Sevilla, como el de María Luisa, tras la aparición de aves muertas.
La situación contrasta con la tranquilidad de los meses anteriores: tras una situación problemática en 2022 y 2023, hasta junio de este año solo se habían confirmado tres casos aislados en todo el país, lo que permitía mantener el estatus de “libre de la enfermedad”, clave para la exportación de productos avícolas.
El regreso del virus se explica en gran medida por factores ecológicos y migratorios. “Estamos en la época de migración de retorno de aves que estaban criando en el norte de Europa y que ahora se desplazan hacia la península. Hay poca agua y donde la hay se concentran las aves en movimiento, muchas de ellas jóvenes sin contacto previo con el virus. Todo esto crea un caldo de cultivo”, explica Ursula Höfle, investigadora del Grupo SaBio del IREC (CSIC-UCLM-JCCM).
Por primera vez, Doñana ha registrado un brote pese a ser un punto clave en las rutas migratorias. “Especies como la gaviota patiamarilla, el ánade real o los ánsares presentan más enfermedad. El riesgo es que haya alguna especie nueva implicada que aún no hayamos identificado”, añade Höfle, que advierte de que si no llueve la situación podría volverse crítica.
Los brotes no son exclusivos de España. En el último año, varios países del norte y centro de Europa han notificado un aumento significativo de casos, especialmente en aves migratorias que después viajan hacia el sur. Países Bajos, Alemania, Reino Unido o Dinamarca han aplicado medidas similares de sacrificio preventivo y restricciones comerciales. La circulación continua del virus en estas latitudes favorece su llegada a la península ibérica durante las migraciones, lo que convierte la gripe aviar en un reto de dimensión internacional y no solo local.
En poco más de dos meses se han confirmado cuatro brotes en aves de corral, desde una explotación de pavos en Badajoz hasta gallinas de recría en Guadalajara. Estos episodios obligan a sacrificar animales y aplicar estrictas medidas de bioseguridad, con el consiguiente impacto económico para el sector.
“El aumento de casos se solía ver en septiembre u octubre, pero este año se ha adelantado. Es probable que en los próximos meses sigamos viendo brotes en silvestres, porque empieza la máxima actividad migratoria”, señala Elisa Pérez Ramírez, investigadora del CISA-INIA (CSIC).
El aumento de casos se solía ver en septiembre u octubre, pero este año se ha adelantado
Pérez recuerda que la presencia del virus en aves domésticas es la que determina la pérdida del estatus sanitario internacional: “Mientras no haya detección en aves de corral, se considera que estamos libres de la enfermedad”.
Además, subraya que “hay que vigilar de cerca las granjas de visones”, tras el brote detectado en Galicia en 2022 que mostró la capacidad del virus de transmitirse a mamíferos en condiciones de hacinamiento.
En cuanto a la posibilidad de un salto a personas, las expertas piden cautela pero descartan alarmismos. “El riesgo es principalmente para quienes trabajan con aves enfermas: eliminación de cadáveres, limpieza de granjas, exposición al polvo en suspensión”, explica Inmaculada Casas, directora del grupo de Virus respiratorios y Gripe del Instituto de Salud Carlos III.
Para que el virus se transmita de persona a persona “tendría que cambiar bastante”, puntualiza Casas. Hasta la fecha, España no ha registrado ningún caso humano de gripe aviar.
Las declaraciones de Casas, Höfle y Pérez se realizaron en un briefing organizado por el Science Media Center España, con el objetivo de ofrecer a periodistas información contrastada y de primera mano sobre la evolución de los brotes.
Las autoridades han reforzado los controles veterinarios y las medidas de bioseguridad, además de recomendar a la ciudadanía evitar el contacto con aves enfermas o muertas. Höfle y Pérez coinciden en que la vigilancia en fauna silvestre y granjas es crucial para frenar la dispersión del virus y minimizar sus consecuencias tanto para la biodiversidad como para la economía avícola.