El instrumento REMS, cuyos datos han servido para sugerir la presencia de salmueras líquidas en Marte, se sitúa en el mástil del rover Curiosity. / NASA/JPL-Caltech/MSSS
Como si fuera un corresponsal en otro planeta, Curiosity sigue enviando información detallada de las características de Marte. Un estudio dirigido por el Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra, que cuenta con la participación de la Universidad Complutense de Madrid –a través del Instituto de Geociencias–, revela que en la superficie del cráter Gale existen rastros de agua líquida salada, como consecuencia de un posible intercambio hídrico entre la atmósfera y el suelo. Estas sales, percloratos de calcio, se formarían durante la noche marciana y se evaporarían al amanecer. Jesús Martínez-Frías, investigador del IGEO y coautor del estudio, analiza las repercusiones del hallazgo, publicado en Nature Geoscience.
En las noches de invierno marciano, bajo el frío y seco terreno que recorre el vehículo Curiosity, se puede estar formando agua líquida muy salobre por el efecto de los percloratos, una sales que disminuyen su punto de congelación e impiden que se congele. Así se desprende de los datos tomados por el instrumento español REMS, ya que el rover no tiene otros dispositivos que puedan detectar esa salmuera líquida directamente.
Un proyecto denominado Cleanleach, de depuración de aguas de riego de viveros, ha conseguido reducir el impacto ambiental de este sector reutilizando restos provenientes de la industria cervecera y de la construcción para generar plantas de forma más sostenible.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Sevilla ha construido un sistema ecológico de depuración de agua de bajo coste. Se trata de un canal de saneamiento de aguas residuales hecho con piedras y escombros. Este sistema se presenta como alternativa a las depuradoras convencionales y ya se ha instalado en zonas desfavorecidas de países como Honduras, Guatemala, El Salvador y Nicaragua.
Dos equipos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) han identificado y caracterizado una nueva familia de proteínas que facilita la acción de una hormona clave en la adaptación de las plantas al actuar en situaciones de escasez de agua. Los resultados, publicados en la revista Plant Cell, ayudarán a diseñar plantas de cosecha con propiedades mejoradas frente a este tipo de estrés.
Una investigación, con participación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, permitirá mejorar las predicciones sobre el ciclo del carbono y el agua, y sus efectos en el clima futuro. Los científicos han examinado cómo las plantas regulan el comportamiento de los estomas, los diminutos poros que tienen en las hojas para intercambiar agua y carbono con la atmósfera.
Un equipo de investigadores, en el que participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales, ha examinado cómo las plantas regulan el comportamiento de los estomas, los diminutos poros que tienen en las hojas para intercambiar agua y carbono con la atmósfera.