Salados blancos en fase de crecimiento en el invernadero.
El grupo de investigación de la Universidad Pablo de Olavide, dirigido por la investigadora Ana Paula Zaderenko, ha patentado un nuevo procedimiento de obtención de nanopartículas de metales que permite fabricar sensores capaces de detectar contaminantes orgánicos como los pesticidas.
Las focas comunes (Phoca vitulina) que viven en estuarios o cerca de costas con usos industriales presentan elevados niveles de contaminación en su organismo. Así lo revela una investigación europea, con participación española, que alerta del peligro que suponen los puertos para estos mamíferos en toda Europa, incluso en el Mediterráneo.
Investigadores de la Universidad de Huelva han realizado una cartografía de la distribución de diversos contaminantes, entre los que se encuentran metales pesados, en el estuario del Guadiana. El trabajo realizado por Joaquín María Delgado contempla un reparto de sustancias químicas según su origen.
Investigadores españoles han realizado un muestreo completo de más de 50 praderas de Posidonia oceánica del archipiélago balear. El análisis químico de los tallos de las plantas marinas ha permitido identificar las fuentes de metales naturales y antropogénicas de los últimos 30 años en el Mediterráneo. Este estudio revela que las praderas son una herramienta alternativa para el estudio de las condiciones ambientales del pasado para estudiar el cambio climático.
La Universidad de Zaragoza ha participado en una expedición a la Antártida con un estudio que permitirá cuantificar de forma precisa la contaminación química del agua. La investigación permitirá definir la contaminación real, no sólo mediante niveles globales, como ocurre hasta ahora, sino indicando el nivel de toxicidad, en función de si los metales están disueltos en el líquido o se encuentran asociados a coloides o plantas. Los investigadores compararám el fitoplancton antártico con el de mares cálidos alterados por el ser humano.