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Las redes sociales han jugado un papel crucial durante la crisis por la covid-19. Mientras que en ellas algunos científicos y científicas han divulgado su trabajo, otros perfiles las han aprovechado en beneficio propio, generando desinformación y crispación. Los debates en abierto deberían ser útiles, pero las dinámicas polarizadoras de las redes pueden socavar la confianza del público hacia la ciencia.
La semana comenzó con el anuncio de la compra de esta red social por parte del consejero delegado de Tesla, el hombre más rico del mundo, que ha ofrecido un total de 41.000 millones de euros. La operación ha causado un gran revuelo dentro y fuera de Twitter. ¿Qué implica la adquisición? ¿Está en riesgo la libertad de la red? ¿Lo estaba antes?
Uno de cada tres científicos que han participado en una encuesta llevada a cabo por el equipo de redacción de la revista han sufrido intimidación por hablar sobre la pandemia. La mayoría de ellos recibieron dicho acoso a través de Twitter o por correo electrónico.
Un análisis de tuits enviados entre finales de 2019 y principios de 2020 en España y otros seis países europeos revela una preocupación creciente por casos de neumonía y tos seca, que luego se asociarían con el coronavirus. El estudio propone el uso de las redes sociales como una herramienta de alerta temprana y vigilancia de las epidemias.
Un equipo de investigadores ha analizado millones de tuits publicados en todo el mundo durante la fase inicial de la epidemia. Sus resultados muestran que, a medida que aumentaron los casos, los ciudadanos compartieron información más fidedigna.
Investigadores de la Universidad de Murcia han llevado a cabo un estudio que confirma la presencia de cuentas manejadas mediante software en Twitter durante la campaña y las elecciones generales del pasado 10 de noviembre. Los más numerosos fueron los bots del partido de ultraderecha VOX.
Un equipo de la Universidad de Granada y el Imperial College de Londres han analizado matemáticamente qué características presentan los tuits que contienen información falsa y han propuesto un sistema informático para detección de bulos. El trabajo ha utilizado datos de Twitter sobre las elecciones presidenciales de EE UU en 2016.
Investigadores italianos y españoles han integrado en un sistema paneuropeo de prevención de inundaciones la información que facilitan los mensajes de Twitter. La combinación de las predicciones hidrometeorológicas y el seguimiento automático e inmediato del evento permiten acortar la respuesta durante las situaciones de crisis por este tipo de desastre natural.
Dentro de unos días los españoles tendremos que depositar nuestro voto en las urnas con motivo de las elecciones locales y europeas. Investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid, en colaboración con AGrowingData y Net-Works, han desarrollado una metodología para medir la polarización política a través de Twitter que puede aplicarse a los diferentes procesos electorales.
Investigadores de la Universidad de Valladolid han creado una interfaz cerebro-ordenador que permite controlar Twitter y Telegram en un móvil a partir de la señal del electroencefalogramal. El sistema está destinado a personas que presentan problemas motores graves y dificultades para hablar.