Además de ser un conocido producto de limpieza, el amoniaco es esencial en la fabricación de fertilizantes que, a su vez, son necesarios para producir alimentos para el ganado y para toda la humanidad. El proceso químico para generar este compuesto nitrogenado apenas ha cambiado en 100 años y sigue siendo imprescindible para nuestra sociedad, aunque los científicos no saben cómo evitar sus consecuencias negativas sobre el medio ambiente.
La miel es uno de los productos más susceptibles de manipular y, desde hace años, la Comisión Europea viene fomentando el desarrollo de métodos analíticos rápidos que ayuden a diferenciar un producto puro de otro adulterado. Ahora investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia han desarrollado una lengua electrónica capaz de discriminar mieles adulteradas de forma sencilla, rápida y barata.
La industria alimentaria provoca una gran huella ecológica en todo el mundo. Sin embargo, decisiones tan simples como elegir una marca de café o un tipo de carne pueden marcar la diferencia. El mayor análisis sobre la materia hasta la fecha ofrece datos y posibles soluciones que implican tanto a los consumidores como a los legisladores y productores.
Un consorcio de investigación, del que forman parte la Universidad Politécnica de Madrid, propone una nueva metodología para evaluar y controlar la calidad de los productos agroalimetarios y de los biocombustibles. Un innovador espectrómetro portátil basado en tecnología infrarroja está detrás del avance.
La cantidad de agua necesaria para producir los alimentos que tiramos a la basura, tanto los que sobran en el plato como los que se estropean sin consumir, ronda los 131 litros por persona y día, el equivalente a una bañera llena hasta arriba. Así lo han estimado investigadores de la Universidad Politécnica de Madrid tras analizar el consumo alimentario realizado en los hogares españoles durante un año.
Investigadores de AINIA centro tecnológico y una empresa multinacional han presentado prototipos de envases que prolongan, e incluso llegan a doblar, la vida útil de salsas, purés, mermeladas, conservas y otros alimentos. Están fabricados con copoliamidas avanzadas, un tipo de plástico polimérico.
Regar los tomates con menos agua una vez los frutos ya han cuajado ayuda a aumentar su valor funcional y mejora su sabor. Así concluye un trabajo que también ha demostrado que el uso combinado de variedades con alto contenido en el carotenoide licopeno, su cultivo en zonas más favorables y el riego deficitario controlado puede contribuir a obtener tomates que ayudarían a prevenir enfermedades degenerativas.
Investigadores del centro tecnológico AINIA y otros socios europeos han desarrollado una plataforma para mejorar la experiencia de compra en los puntos de venta de alimentos. Está compuesta por una base de datos de más de 10.000 productos, un sistema de inteligencia artificial para ajustar productos y perfiles de los consumidores, una aplicación para interactuar con ellos y un sistema de posicionamiento para ubicar al comprador en el supermercado.
Investigadores de la Universidad de Extremadura han desarrollado una metodología que permite conocer las propiedades de los jamones y lomos enteros mediante imágenes de resonancia magnética, la misma técnica no invasiva que se usa en medicina. El método ya se ha puesto a disposición de la industria cárnica.
Un estudio en ratas, realizado por investigadores de las universidades de Granada y Huelva, revela que si entre la preexposición a un sabor y la asociación de ese sabor con un malestar determinado se introduce un cambio temporal –es decir, lo realizamos a una hora distinta, pasando de mañana a tarde o de tarde a mañana–, la aversión o rechazo al sabor que se aprende es mayor.