Investigadores españoles han aplicado un nuevo procedimiento de análisis para la determinación de hidrocarburos aromáticos policíclicos, un grupo de compuestos altamente cancerígenos según la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria. El hallazgo ha dado lugar a una nueva metodología sensible, exacta, precisa y sostenible.
Menos calorías, azúcar y grasas son solo algunas de las recomendaciones de los nutricionistas para evitar que más del 70 % de los españoles llega a tener sobrepeso u obesidad en 2030. Los científicos hacen frente a esta epidemia desde el laboratorio con la ayuda de voluntarios dispuestos a participar en sus estudios. Hemos conocido de primera mano cómo se conciben los últimos avances en alimentación.
Investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación han analizado in vitro la capacidad potencial para degradar la lactosa de un preparado comercial a base de probióticos y enzimas digestivas. Los resultados indican que puede ayudar a hidrolizar la lactosa de yogures y otros alimentos lácteos.
Investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación han logrado extraer pectina, un espesante natural, a partir de productos resultantes de la extracción industrial del zumo de naranja. Los resultados podrían ayudar a reducir el impacto ambiental de residuos.
En la Unión Europea no está permitido que los alimentos contengan unos colorantes cancerígenos llamados Sudán. Es muy improbable que aparezcan, pero investigadoras de la Universidad Rovira i Virgili (Tarragona) han demostrado la fiabilidad y rapidez de una técnica quimiométrica para detectar estos compuestos tóxicos.
Un equipo internacional de científicos, con participación de la Universidad de Córdoba, ha desarrollado un sistema estadístico que indica el riesgo de transmisión del norovirus humano, causante de la gastroenteritis, en comedores colectivos. Además, el modelo detecta hábitos en la manipulación de alimentos frescos que pueden evitar su contagio hasta en un 60%, como el lavado de manos frecuente.
El entrenamiento de un panel de catadores suele resultar largo y costoso para la industria alimentaria, que además necesita complejas técnicas estadísticas para procesar la información. Ahora investigadores de las universidades de Valladolid y Alcalá han aplicado un método de geometría computacional para crear SensoGraph, un software que recoge y analiza los datos de forma sencilla con un simple smartphone.
Un grupo de investigación de la Universidad de Jaén ha desarrollado un modelo que identifica de forma más clara los productos con distintos niveles de calidad. Se pretende eliminar la confusión a la hora de comprar un alimento, como cuando se clasifica a los hoteles por estrellas. El estudio analiza lo que tiene que aparecer en el etiquetado, si palabras cortas o largas, números, colores, signos o símbolos, para facilitar la elección a los consumidores.
Un equipo internacional de científicos ha logrado secuenciar con un detalle sin precedentes el genoma del trigo harinero, un alimento ampliamente cultivado en todo el mundo y esencial para la humanidad. El avance, en el que han participado investigadores españoles, servirá para producir trigos más resistentes y con mayor rendimiento.