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La lejana galaxia ID2299 está expulsando casi la mitad del gas que usa para formar estrellas a un ritmo sorprendente: unas 10.000 masas solares al año, según las observaciones del telescopio ALMA en Chile. Los astrónomos piensan que este espectacular evento lo desencadenó una colisión con otra galaxia, lo que hace replantear cómo estas dejan de formar estrellas y de dónde se emite el combustible para producir otras nuevas.
Un equipo de astrónomos ha identificado, con los telescopios VLT y ALMA, la primera evidencia directa de que los grupos de estrellas pueden destruir sus discos de formación planetaria, dejándolos deformados y con sus anillos inclinados. Los resultados sugieren que los exoplanetas pueden formarse en órbitas muy inclinadas y distantes.
Una estrella gigante ha crecido tanto que ha envuelto a otra vecina, pero esta, a su vez, se dirigía hacia ella en espiral y ha hecho que perdiera sus capas externas. El resultado de este enfrentamiento estelar es una peculiar nube gaseosa roja, verde y azul, observada desde Chile con el telescopio ALMA.
Un equipo de astrónomos ha seguido el viaje del fósforo, un elemento esencial en el ADN, desde regiones de formación de estrellas hasta los cometas. Las observaciones se han realizado con el telescopio ALMA, en Chile, y la sonda Rosetta de la Agencia Espacial Europea (ESA).
Un equipo internacional con participación del CSIC ha observado cómo se forman los sistemas estelares binarios. Gracias a la potencia del instrumento ALMA, han podido estudiar un sistema en la nebulosa oscura Barnard 5 y ver su estructura interna.
El telescopio más poderoso para observar la luz de algunos de los objetos más fríos del universo, ALMA, ha detectado enormes reservas turbulentas de gas frío ocultas alrededor de galaxias de estallido estelar. El hallazgo, liderado por un grupo internacional de astrónomos, ha sido posible gracias a la primera identificación de moléculas CH+ que registran la energía que circula por la galaxia. Además, permite explicar cómo se extiende el período de rápida formación estelar.
Astrónomos de España y EE UU han determinado la estructura en tres dimensiones de la emisión molecular de una supernova. Esto significa que han podido observar en 3D los restos de la estrella tras su explosión, algo que no había sido posible hasta ahora. Los investigadores han utilizado el radiotelescopio ALMA, situado en Atacama (Chile), para estudiar el centro de la SN 1987A.
Un equipo internacional de astrónomos, con participación española, ha detectado por primera vez la transición de fase del agua en el espacio en una frecuenciaen la que no se había analizado hasta ahora. El avance abre una nueva vía para estudiar cómo se transforman las galaxias luminosas en otras ‘muertas’ y cómo se forman y crecen los agujeros negros en los centros galácticos.
Las explosiones estelares se suelen relacionar con supernovas, estrellas que estallan al final de sus días, pero también pueden ocurrir mientras se están formando las estrellas. Con la ayuda del telescopio ALMA, los astrónomos han captado en la nebulosa de Orión una espectacular colisión de dos protoestrellas, que hace 500 años desgarraron el vivero estelar en el que se estaban desarrollando, enviando serpentinas gigantes de gas y polvo al espacio interestelar.
A 5.000 metros de altura en el desierto de Atacama, al norte de Chile, el radiotelescopio de longitudes milimétricas más potente de la historia celebra media década de vida. Sus 66 antenas, operativas y desplegadas, están listas para embarcarse en nuevos proyectos que desvelen los secretos aún por descubrir del frío universo donde se forman las estrellas.