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Incertidumbre, ansiedad y miedo. Así viven la situación la mayoría de las personas afectadas por el volcán de La Palma, que despertó el pasado domingo. Estos sucesos impredecibles, repentinos y dolorosos pueden producir un estado temporal de crisis en los individuos, pero no todo el mundo reacciona de la misma forma.
Durante la última semana, las llamas se han extendido sin control por el Parque Natural de Tamadaba, al noroeste de la isla de Gran Canaria. El ligero descenso de las temperaturas este miércoles ha permitido que los equipos de extinción puedan empezar a estabilizar el fuego y asegurar ciertas zonas. La mitad de las 9.000 personas evacuadas ha podido volver hoy a sus casas.
Un vertido mucho mayor que el del Prestige liberó en Aznalcóllar un 25 de abril de hace 18 años dos millones de metros cúbicos de lodos tóxicos ricos en metales pesados y cuatro de aguas ácidas, dejando a su paso un rastro de destrucción en las cuencas de los ríos Agrio y Guadiamar. Los estudios para evaluar los daños en el suelo, vegetación y fauna del lugar no han tenido tregua desde entonces. Mientras, la mina se prepara para su reapertura en 2018.
Cada año el Boletín de Científicos Atómicos de la Universidad de Chicago (EE UU) compuesto, entre otros, por científicos galardonados con el premio Nobel, adelantan, retrasan o mantienen los minutos del Reloj del Apocalipsis, indicador de la vulnerabilidad del mundo frente a las amenazas del cambio climático y de las armas nucleares. Este año, los expertos adelantan la hora y nos sitúan a tres minutos de la “medianoche”, es decir, del Apocalipsis.
Hoy se cumplen 25 años de una de las mayores catástrofes medioambientales de EE UU. El petrolero Exxon Valdez encallaba el 24 de marzo de 1989 en el golfo de Alaska y como consecuencia 38.000 toneladas de crudo se vertían al mar. Sus consecuencias ecológicas, económicas y sociales perduran hasta nuestros días. Numerosos estudios detallan las secuelas aún tangibles de la tragedia.
Especialistas en Medicina Intensiva defienden que el sistema sanitario español es capaz de hacer frente a una gran catástrofe.
“Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) de España están preparadas al 100%”. Así lo han afirmado hoy varios especialistas en Medicina Intensiva durante la presentación del Congreso Nacional de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (SEMICYUC), que se celebrará en junio en Bilbao. El derecho a una muerte digna ha sido otro de los temas tratados.
El ingeniero español Daniel García (Madrid, 1981) trabaja en la Agencia Japonesa de Energía Atómica (JAEA) desde junio 2010. Este investigador en energía nuclear explica a SINC la situación tras el accidente en la central de Fukushima, un suceso que considera tergiversado por la prensa occidental.
La experta en antropología forense Tzipi Kahana ha solicitado una base de datos que incluya registros informáticos de la ciudadanía como información antropológica, características fisonómicas, información médica, archivos radiográficos, datos dentales y números de diversos documentos de identidad. Un mecanismo fiable para la identificación de cadáveres ante una catástrofe natural o un atentado.