La implantación en roedores de microorganismos intestinales de individuos con obesidad provoca la ralentización de su metabolismo, mientras que los de sujetos delgados lo aceleran. Así concluye un estudio, publicado esta semana en la revista Science, que defiende el papel determinante de la alimentación en la diversidad de estas bacterias.
Un grupo de investigadores estadounidenses ha comprobado la utilidad de la hormona FGF21, producida por el propio organismo, en la disminución del peso y el aumento de la producción de insulina en personas que sufren de obesidad y diabetes tipo 2. Los hallazgos se publican esta semana en la revista Cell.
Ya se sabía que el exceso de peso de las gestantes empeora la salud del feto y sus probabilidades de sufrir dolencias en el futuro. Un nuevo estudio corrobora que el sobrepeso gestacional está relacionado con un mayor riesgo para los hijos de padecer obesidad, diabetes e incluso cáncer en la edad adulta.
Investigadores españoles han liderado un estudio que clarifica, por primera vez, las interconexiones mutuas existentes entre estrés, sistema nervioso, obesidad y dietas sanas o con alto contenido en grasa. Los resultados se publican hoy en la revista Cell Metabolism.
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California revela que la falta de sueño causa cambios en el cerebro que están asociados con un mayor deseo por alimentos ricos en calorías. Los hallazgos proporcionan nuevas evidencias epidemiológicas que confirman la relación entre los trastornos del sueño y la obesidad.
Un estudio revela una relación directa entre el uso de antibióticos y la actividad metabólica de las bacterias intestinales con el desarrollo de la obesidad y la diabetes.Los enzimotipos intestinales, posibles dianas terapéuticas.
Un estudio desvela por primera vez un vínculo entre los telómeros que se acortan con el envejecimiento y la obesidad. El trabajo, publicado hoy en Cell Reports, señala a RAP1 como un gen clave en esta enfermedad.
La FGF21, una hormona que reduce los niveles de glucosa, también tiene un efecto cardioprotector en ratones de laboratorio. Así concluye una nueva investigación, publicada en la edición digital de Nature Communications, que ha sido liderada por Francesc Villarroya, director del Instituto de Biomedicina de la Universidad de Barcelona.
Un estudio publicado recientemente en la revista Diabetología revela que por cada 336 ml diarios de refresco azucarado, aproximadamente una lata, aumenta hasta un 22% el riesgo de padecer diabetes de tipo 2. Este porcentaje desciende ligeramente, hasta un 18%, si se tienen en cuenta el resto de calorías ingeridas y el índice de masa corporal.
Científicos españoles han descubierto que la inflamación del tejido adiposo aumenta la muerte celular por apoptosis, favoreciendo el desarrollo de enfermedades metabólicas. Es más, el incremento de peso eleva el riesgo de inflamación de este tejido, por lo que multiplica las posibilidades de sufrir patologías asociadas a la obesidad, como la diabetes.