El uso de productos químicos con gases contaminantes (clorofluorocarbonos) creó, a mediados del siglo XX, el conocido ‘agujero’ de la capa de ozono. Una investigación internacionaldemuestra por primera vez que este fenómeno juega un papel importante en el cambio climático, al menos en el hemisferio sur, y es responsable del incremento de las precipitaciones de los veranos tropicales.
Los investigadores demuestran con modelos climáticos que el agujero es capaz de cambiar la circulación tropical y las lluvias.
La Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) y el Consejo de Ministros han firmado hoy un contrato con el que el Ejecutivo dispondrá de un servicio de telecomunicaciones de la agencia. El Gobierno pretende impulsar así, científicamente, la prevención del cambio climático o la vigilancia de la calidad del aire.
Durante el pasado marzo el nivel de ozono sobre el sector Euro-Atlántico del hemisferio norte, especialmente sobre el Ártico, ha registrado un mínimo histórico, según ha detectado el satélite Envisat de la Agencia Espacial Europea (ESA). Los fuertes vientos del ‘vórtice polar’, que han aislado la masa atmosférica sobre el polo, están detrás de este fenómeno.
El centro tecnológico Itagra de Palencia investiga la efectividad del ozono, un gas con gran capacidad oxidante, en la desinfección de suelos agrícolas. Como detalla Alberto Sanz, coordinador de I+D del centro, el proyecto surge como alternativa al problema de saneamiento de estos suelos, ya que “casi todos los compuestos que se utilizan se están prohibiendo tanto por su peligrosidad para el medio ambiente como para la persona que lo aplica”.
En 1985 tres científicos británicos descubrieron que la capa protectora de ozono de la Tierra estaba disminuyendo de forma dramática en la Antártida, sobre todo en primavera. Sus resultados dieron la vuelta al mundo, los políticos empezaron a tomar medidas y lograron reducir el agujero de ozono. SINC habla con Jonathan Shanklin, uno de esos tres investigadores del Estudio Británico de la Antártida en Cambridge (Reino Unido), que esta semana ha publicado una tribuna en la revista Nature sobre la unión de esfuerzos en cuestiones medioambientales.
Estación de sondeos atmosféricos “El Arenosillo" (Huelva).
Una tesis doctoral de la Universidad de Navarra ha analizado la contaminación atmosférica en Navarra en cuatro ambientes: dos exteriores (la Ribera de Navarra y Pamplona) y dos interiores en bares y autobuses urbanos. Los datos confirman que la concentración de contaminantes en locales es 20 veces superior a la del exterior.
Ensituaciones de alta concentración de ozono, el rendimiento de la productividad de las semillas de colza diminuye en un 30%, además del aumento de la concentración de un grupo de compuestos tóxicos en las plantas de colza de las que se extrae aceite de semillas. Científicos belgas exponen hoy, en la reunión anual de la Sociedad de Biología Experimental de Glasgow (Reino Unido), los efectos en los ingresos, y en la salud humana.