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La científica valenciana Selena Giménez-Ibáñez ha logrado una de las becas internacionales del programa Unesco-L’Oréal for Women in science, una distinción que solo tienen otras dos investigadoras españolas. Esta ingeniera agrónoma estudia los mecanismos que utilizan los microbios para infectar a las plantas. Gracias a la beca realizará una estancia de dos años en uno de los laboratorios más punteros en biotecnología de plantas del mundo, en la Universidad de Warwick (Reino Unido).
La OMS estima que las enfermedades cardiovasculares son ya responsables de 20 millones de muertes al año. Pero además un gran número de las personas que sobreviven a un infarto pueden sufrir lesiones irreversibles en el músculo cardiaco. Esta es una de las cuestiones que está intentando atajar la red europea CardioNext, en colaboración con firmas como la estadounidense MiRagen Therapeutics, pionera en el desarrollo de nuevos tratamientos con tecnología de microARN para reparar corazones dañados.
El médico e ingeniero de telecomunicaciones Manuel Desco fue premiado hace unos meses por el Foro de Empresas Innovadoras. Su grupo de investigación ha desarrollado dispositivos de imagen molecular para animales de laboratorio que se comercializan en todo el mundo. Gracias a este negocio, en colaboración con la firma española Sedecal, Desco y su equipo pueden seguir financiando su investigación.
Hoy hay en el mundo más de 2.500 millones de personas conectadas a internet gracias a la llegada de los smartphones. Esta revolución se está extendiendo ahora a los objetos. No solo coches y edificios, cualquier cosa a la que se añadan sensores puede conectarse a la web y suministrar datos que permiten su monitorización. Las aplicaciones van desde el análisis constante de la calidad del agua de un lago, al control de dispositivos del hogar. Firmas como IBM, Cisco Systems, Telefónica y Libelium, una joven empresa con sede en Zaragoza, están explorando este nuevo negocio.
Científicos de más de 80 instituciones europeas se han embarcado en el Human Brain Project, una iniciativa que tiene por objetivo construir un modelo virtual de cerebro humano utilizando algoritmos y superordenadores. Traerá grandes avances en neurociencia y en el tratamiento de enfermedades cerebrales. Además, IBM y otras firmas utilizarán el conocimiento que surja del proyecto para acelerar el desarrollo de sistemas inspirados en la herramienta de computación más sofisticada y potente: el cerebro.
El gigante del software Microsoft está armando las piezas para ser alguien en el negocio de los smartphones. La firma cerrará en breve la compra del negocio de móviles de Nokia. También ha puesto en marcha una aceleradora de aplicaciones para su plataforma Windows Phone llamada AppCampus, que cuenta con un fondo de 21 millones de euros. Según Pekka Sivonen, director de esta iniciativa, pronto se verán resultados.
Intel ha sido criticado por haberse dormido en los laureles de la era PC y llegar tarde a la revolución de los dispositivos móviles. Pero ahora, el mayor fabricante de microprocesadores del mundo parece listo para dar la batalla, gracias a su potente maquinaria de I+D, que incluye una red de 30 laboratorios repartidos por todo el mundo –uno de ellos en Barcelona–. En estos centros se cocinan las arquitecturas en las que se basan los nuevos chips que Intel quiere llevar a smartphones, tabletas, sistemas híbridos y hasta las prendas de vestir.
Cuanto más potentes son los supercomputadores, más se calientan. La mitad de su consumo se va en su refrigeración mediante aire y en salas a muy baja temperatura, lo que se traduce en carísimas facturas eléctricas. Sin embargo, IBM ha desarrollado una tecnología que enfría los equipos con agua llevada hasta su interior a través de microcanales, imitando la circulación de la sangre. Con esta técnica se refrigera SuperMUC, el mayor superordenador europeo, ubicado en Leibniz (Alemania), que logra ahorros energéticos del 40%.
El secreto del éxito de Repsol en el hallazgo de nuevos yacimientos en el mundo está muy relacionado con su proyecto Caleidoscopio y la alianza con el Barcelona Supercomputing Center. Este centro ha sido el encargado de desarrollar los algoritmos de generación de imágenes del subsuelo que han permitido al grupo español localizar hidrocarburos en estructuras geológicas tan complejas como el yacimiento subsalino de la cuenca de Campos, en aguas profundas a 200 kilómetros del litoral brasileño.
A los premiados de la primera edición de Innovaciencia sus proyectos les han llevado una media de seis meses de trabajo y también dinero de su propia hucha, logrado en algún caso dando clases particulares o viviendo más frugalmente. Sus edades van de los 17 a los 26 años y han sido galardonados por proyectos como un software para simular y gestionar satélites en órbita, un avión no tripulado que permite controlar incendios y una plataforma on line para comunidades educativas.