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Javier García Zubía, especialista en microelectrónica, e-learning y WebLab

“Con un laboratorio remoto el alumnado puede usar el equipo siempre que quiera desde su casa”

Especializado en microelectrónica, e-learning y WebLab (laboratorios remotos), Javier García Zubía sabe casi todo lo que hay que saber de laboratorios remotos. SINC habla con este profesor de Electrónica Digital y, en la actualidad, director del Departamento de Arquitectura de Computadores, Automática y Electrónica y telecomunicaciones de la Universidad de la Rioja.

Javier García apuesta por el e-learning.

¿En qué consiste un WebLab, o laboratorio remoto?
Un laboratorio remoto (WebLab) busca poder hacer desde casa las prácticas que un alumno hace en un laboratorio clásico utilizando internet como medio de comunicación. Por ejemplo, en vez de montar un circuito electrónico en un laboratorio y medirlo con instrumentación, podría estar en casa cualquier día y a cualquier hora y montar ese mismo circuito y medir sus resultados desde su casa. E igual que con la electrónica, se podría hacer con la robótica o la automática.

¿En qué campos tienen más aplicaciones los laboratorios remotos?
Los campos son muchos porque también hay laboratorios remotos de química, mecánica, biología o biomedicina. Pero las dos áreas que están más avanzadas y en las que se investiga más con WebLab son la electrónica y la automática.

¿Cómo funciona en la práctica un laboratorio remoto?
Con un WebLab nos referimos tanto a software como a hardware. Se trata de un área interdisciplinar. Quien hace el software debe ser especialista en ingeniería de software para tener una buena relación con los servicios informáticos de la universidad. Pero este software debe estar al servicio del hardware. Y lo importante es que el alumno pueda acceder desde casa a ese hardware en unas condiciones de calidad. Además, ese hardware necesita ser completado con nuevas partes software y hardware para ser utilizado por internet.

¿Es posible personalizar un modelo de WebLab para adaptarlo a las necesidades de cada proyecto de investigación?
Esto es lo mejor de los WebLab. Los peores laboratorios remotos son los que sólo valen para un equipo hardware y sólo se pueden utilizar en una universidad y en unas determinadas condiciones. Y los mejores son los que soportan distintos experimentos y que además permiten que otras universidades copien el mismo modelo y puedan usarlo de forma directa.

¿Qué grado de aplicación tienen en España los WebLab?
Originalmente, los primeros se desarrollan a finales de los noventa en Estados Unidos, los Collaboratories, y en Europa está el proyecto DYNACORE, de 1996, que permite el control de un telescopio en Canarias. Lo más importante es que a partir de esa semilla se van desplegando laboratorios remotos en distintos países y con distintos usos. Una cosa es diseñar un laboratorio remoto al que sólo pueden acceder unos pocos alumnos y otra cosa es el otro tipo de laboratorio que me interesa a mí, diseñado para que pueda ser usado intensivamente por los alumnos en aras a facilitar la enseñanza y el aprendizaje. Hay que diseñar laboratorios remotos sólo si van a ser utilizados por los alumnos. En España tienen laboratorios remotos la Universidad Politécnica de Valencia, la UNED, la Universidad de León, la de Deusto, etc.

¿Qué tendría que hacer una universidad pequeña como la de La Rioja para poner en práctica laboratorios remotos?
Hay dos posibilidades; llevar a cabo un campo de investigación para desarrollar laboratorios remotos propios con características especiales, o acceder a diseños de laboratorios ya en funcionamiento que puedan ser aplicados. Yo creo que si ya existe un laboratorio remoto hecho, es libre y sólo hay que asumir el coste del hardware, lo mejor es unirse a esa línea y compartir el esfuerzo hecho por otros para mejorarlo. Últimamente se han producido cambios técnicos que van a tener un efecto fuerte en el desarrollo de los nuevos WebLab. Estamos en un buen momento para el desarrollo de los laboratorios remotos de la siguiente generación. Tenemos equipos como los microservidores, los instrumentos LXI, el uso de relés, la red CAN, la investigación en la integración de los WebLab en entornos como el Moodle, que pueden ser muy útiles. En los dos últimos años se está pasando de los laboratorios remotos amateur a los que tienen aspecto profesional.

¿Cuáles son las principales ventajas y desventajas de estos laboratorios?
La ventaja más clara es que el alumno puede usar el equipo siempre que quiera desde su casa y el horario lo pone él. Esto supone una relajación en el mantenimiento las infraestructuras de los laboratorios clásicos. Y no quiere decir que los laboratorios remotos sustituyan a los clásicos, a los manuales, ya que son un complemento, una ayuda para una mejor práctica. Pero si el alumno no puede acceder a ese laboratorio y no es de calidad, al final va a generar una frustración. Antes de usarlo con los alumnos hay que asegurarse de tener una plataforma robusta y de calidad.

¿Qué formación informática requiere la aplicación de un laboratorio remoto?
Para desarrollar un buen laboratorio remoto la ingeniería del software es la parte más importante, ya que si no es así la apertura de puertos, firewalls y las cuestiones de seguridad, accesibilidad o sistemas operativos van a crear continuamente problemas a quien los utilice, ya sean profesores o alumnos, y de esta forma se van a convertir en una fuente de frustración. Yo creo que tan importante como el propio hardware es poder ofrecerlo a través de un entrono software de calidad y acorde con los tiempos actuales de web 2.0.

Además de su aplicación actual en el ámbito universitario, ¿se ha puesto en práctica en el terreno empresarial?
Se trata de un área donde todavía se ha hecho muy poco. Se pueden instalar equipos que controlen máquinas y se puede no sólo controlar por internet desde casa, sino también reprogramar. No hablamos de cambiar los parámetros que lo controlan, sino de cambiar el programa que controla toda una planta y creo que aquí existe un campo de aplicación grande que todavía no está explotado.

¿Dónde se encuentra ahora mismo el límite del e-learning?
Ésa es otra de las patas más importantes que tienen estos laboratorios. Antes de hacer un laboratorio hay que pensar si es útil para alguien y si los alumnos lo van a aplicar útilmente, si les va a servir para fortalecer lo que aprenden. Igual que siempre se discute si el e-learning es un buen técnica de enseñanza, esta cuestión también se da en los laboratorios remotos. ¿Es formativo usar laboratorios remotos en distintas áreas de la ingeniería? La respuesta es intuitivamente clara pero estamos a falta de buenos estudios que certifiquen el valor y la calidad de un laboratorio remoto a la hora de enseñar y de aprender.

Fuente: UCC La Rioja
Derechos: Creative Commons
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