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Poco antes de arrancar los Mundiales de Atletismo de Pekín (China) se han filtrado los datos de los controles realizados por la federación internacional de atletismo (IAAF) a más de 5.000 atletas. Muchos de ellos, un tercio de los medallistas en competiciones de resistencia entre 2001 y 2012, presentaron anomalías hematológicas que invitan a pensar en el dopaje. David López Capapé (Barcelona, 1973), que fue responsable de Antidoping de la Real Federación Española de Atletismo (RFEA) entre 2004 y 2005, explica algunas de las claves sobre esta lacra para el deporte.
¿Cuál es la línea que separa una sustancia legal de otra a la que se pueda considerar dopante?
Todo el mundo debería conocer esto antes de ponerse a hablar a la ligera de un tema como este. La línea es muy clara, una línea escrita compuesta por todos los productos o métodos que están prohibidos por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA por sus siglas en inglés), que son los mismos para todos los deportes, con ligeras excepciones.
¿Cuánto influye el dopaje en el rendimiento de un deportista?
Lamentablemente mucho. En el alto rendimiento existe una gran igualdad competitiva. Las medallas se ganan con diferencias de décimas de segundo. En este caso, cualquier diferencia mínima ya es apreciable. Pero es que, además, el doping influye mucho. En algunos casos, los deportistas que han ganado una medalla estando dopados, no hubieran estado ni en la final de ese campeonato.
¿Los efectos del dopaje se mantienen a largo plazo?
Hay un artículo publicado en el que se dice que para los velocistas sí que ocurre. Parece ser que el uso de anabolizantes esteroideos genera que las células respondan a un estímulo mecánico sin necesidad de la sustancia en concreto. Pero lo que yo creo es que el que se dopa nunca deja de hacerlo. Es una actitud ante la vida. El drama es que quizá, la mayoría de los que no están llegando alto es porque no se dopa.
¿Una buena manera de luchar contra el dopaje es el pasaporte biológico?
En primer lugar que nadie piense que se va a acabar con el dopaje, es una guerra que no tiene fin. También es cierto que con el pasaporte biológico, con el que los organismos antidopaje controlan los valores hematológicos de los deportistas a largo plazo, es más complicado doparte que en los 80 y los 90. Aun así, el pasaporte biológico es una medida indirecta en la que, aunque ya se está sancionando a deportistas con valores anómalos, no es una prueba jurídica definitiva que sirva como sanción.
Esto tiene mucho que ver con el escándalo que ha salpicado a la IAAF recientemente...
Si, y aquí me gustaría hacer una analogía para que la gente entienda lo que ha pasado. Existen unas normas de tráfico que si se incumplen conllevan una retirada de carnet. Si a mí un radar me pilla a 200 km/h me retiran el carnet. Esto es como si un deportista da positivo por una sustancia prohibida en un control de orina, se le sanciona. Pero, siguiendo con la analogía, si yo hago un viaje entre Madrid y Barcelona y conozco donde están todos los radares, en ese punto freno y los paso a la velocidad permitida. Sin embargo, la velocidad media de mi viaje son los 200 km/h pero, como ningún radar me ha pillado a esa velocidad, la policía no puede multarme. Para el caso de la IAAF ha pasado algo parecido. Los atletas en los controles de orina no daban positivo en sustancias prohibidas y, sin embargo, en los análisis de sangre daban valores hematológicos que científicamente resultan una evidencia de dopaje. A pesar de esto no se les puede sancionar al no existir una jurisdicción clara sobre el tema.
Ahora parece que esto se está controlando pero ¿cuál era la situación?
Para empezar decir que, desde siempre, muchas de las grandes marcas las realizan deportistas que están dopados. Digo abiertamente que los records del mundo actuales de 400 y 800 metros lisos femeninos no son creíbles sin dopaje. Lo que sí es cierto es que, en atletismo, el positivo de Ben Johnson supuso un punto de inflexión. Desde esa época se empezó a perseguir con mejores métodos el dopaje. También es verdad que desde los 90 y hasta hace una década se produjo una evolución en las marcas de resistencia y coincide con la aparición de la EPO que en cuanto se empezó a perseguir las marcas bajaron. Personalmente eliminaría todas las marcas conseguidas cuando no existían controles antidopaje fuera de competición –en la competición sabes que te van a controlar y puedes aparentar estar limpio jugando con las cantidades y los tiempos–. Por ejemplo en España, en atletismo, tenemos records de los años 80 y 90 que los deportistas actuales no se acercan y no son creíbles, yo los eliminaría.
Entonces, los grandes records del atletismo, ¿están bajo sospecha?
Muchos mitos del pasado que incluso su nombre ya está salpicado deberían caer definitivamente. Y advierto de que se tenga cuidado con mitificar o endiosar a deportistas que, bien en el pasado o incluso actualmente, están registrando marcas estratosféricas porque la probabilidad de que se hayan dopado es muy alta.
Usain Bolt, record mundial de los 100 metros lisos. / EFE
¿Presionan los objetivos o las medallas a los atletas para que se dopen?
Creo que no. Esto es una decisión personal tomada por ambiciones o motivos económicos. Al final el dopaje es algo que influye también en la salud mental del deportista como se ha visto con algunos ciclistas como pasó con Pantani. Da la casualidad de que los atletas que combinan estudios con el deporte caen menos en el dopaje porque no dependen tanto de sus resultados como el atleta que no tiene una formación complementaria y todos sus ingresos provienen del deporte. Por esto son tan buenos los programas de becas para deportistas de los EE UU.
¿Cómo están los atletas españoles en este tema?
Puedo decir que, aunque salten casos puntuales, la gran mayoría de los atletas españoles no se dopan. Es más, hay una corriente interna de estos deportistas que está a favor de publicar los datos de su pasaporte biológico o de su equipo médico que no veo en otros deportes como en el ciclismo. También me parece muy triste es que aún no tengamos ningún caso de atleta español que haya dado positivo verdaderamente arrepentido que ayude a colaborar en la lucha contra el dopaje.
Parece que solo se habla de dopaje en deportes individuales, ¿Qué pasa con los deportes de equipo?
Es cierto que en deportes de equipo influyen otros muchos factores por lo que el dopaje no es tan necesario. Pero estoy seguro de que en fútbol y baloncesto hay mucho dopaje, lo que pasa es que son deportes que generan mucho dinero y que, posiblemente, tengan sistemas de dopaje más desarrollados que no den positivos. Además, para la cantidad de partidos que se juegan, las federaciones hacen pocos controles ya que no interesa económicamente.
Entonces, ¿Cuál es el camino a seguir para acabar con el dopaje?
En primer lugar, se debería estrechar la colaboración entre la justicia, la policía y la federación. Que cuando la policía esté investigando a un deportista por tráfico de sustancias dopantes lo comunique a la federación y esta pueda suspenderlo de forma cautelar. Luego para los que suministran los productos dopantes que se les aplique la ley antidroga, como traficantes que son. Estas sustancias no pueden salir del uso estrictamente médico. Además, inhabilitaciones más largas o de por vida tanto los deportistas como a los médicos por no tener ética profesional. Aun así, me gustaría aclarar que con talento, sacrificio y un buen equipo se pueden conseguir grandes resultados sin recurrir a sustancias prohibidas. Aquellos que trabajen limpio tendrán la fortuna de dormir mucho más tranquilos.
El mundo del atletismo se vio sacudido cuando, en los primeros días de agosto, el diario británico The Sunday Times y la cadena alemana ARD/WDR accedieron a los resultados de 12.000 análisis de sangre de 5.000 atletas realizados por la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF).
Estos medios internacionales publican que una tercera parte de las medallas (146, incluidas 55 de oro) ganadas en eventos de resistencia en olimpiadas y campeonatos mundiales entre 2001 y 2012 fueron obtenidas por atletas que registraron resultados anómalos.
Rusia, con más de 80% de sus medallas obtenidas por atletas sospechosos, y Kenia ,con 18 medallas obtenidas por atletas ahora investigados, aparecen como los países donde el dopaje estuvo más extendido.
Además, esta semana la revista Interviu publicaba un reportaje sobre el plan de dopaje llevado a cabo por el atleta español Antonio Jiménez Pentinel, detenido en 2014 por tráfico de sustancias dopantes, tras tener acceso al sumario del caso.
Según estas informaciones, ‘Penti’, que es como era conocido el atleta que fue campeón de Europa en el 2002 en la prueba de 3.000 obstáculos, habría estado dopándose al menos durante 11 años.