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El naturalista Daniel H. Janzen recibe el premio Fronteras del Conocimiento por sentar las bases de la ecología tropical

El Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación ha sido concedido al ecólogo y naturalista estadounidense Daniel H. Janzen. Su trabajo fue pionero en la conservación de los ecosistemas tropicales y la ecología de estas zonas.

El promotor del 'código de barras' de la vida, premiado

El ecólogo estadounidense Daniel H.Janzen ha sido galardonado con el premio Fronteras del Conocimiento 2011, en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación, por promover el proyecto del código de barras de la vida que aspira a identificar el 5% de las especies del planeta.

Ha dado forma a la ecología tropical tal y como la conocemos hoy en día

El premio Fronteras del Conocimiento en la categoría de Ecología y Biología de la Conservación, que concede la Fundación BBVA, lo recibe este año Daniel H. Janzen (Milwaukee, 1939).

Su trabajo ha permitido pasar de un conocimiento meramente descriptivo de los ecosistemas tropicales a la comprensión de su funcionamiento. “Ha aplicado sus conocimientos a la conservación de la biodiversidad, y ha dado forma a la disciplina de la ecología tropical tal y como la conocemos hoy en día”, afirma el jurado.

“Daniel Janzen es el prototipo del ecólogo cabal, que aúna pericia y experiencia en historia natural con rigor científico y pensamiento innovador”, señala el acta. Sus aportaciones han sido cruciales para comprender las interacciones ecológicas entre animales y plantas, al investigar desde cómo las semillas y las hojas evolucionan conjuntamente con los animales que las consumen, hasta el papel de los herbívoros como reguladores de la diversidad de ecosistemas tropicales.

La labor de Janzen también ha sido crucial para la conservación. Catedrático de Biología de la Conservación en la Universidad de Pensilvania (EE UU), Janzen ha pasado gran parte de los últimos 40 años en Costa Rica, donde ha impulsado la creación del Área de Conservación Guanacaste, una de las reservas de selva tropical más exitosas del planeta.

Su visión a la hora de implicar muy directamente a población local de Guanacaste en la gestión de la reserva ha inaugurado el concepto de “desarrollo basado en la biodiversidad”: la población local ha adquirido una formación exquisita sobre su entorno y ha convertido la propia selva en su fuente de bienestar.

Una de sus ideas más celebradas, como destaca el jurado, es la de formar a la población local como ‘parataxónomos’; Janzen enseña a los habitantes de estas zonas a reconocer una gran cantidad de especies y participar en estudios de catalogación de la biodiversidad a gran escala que utilizan la técnica del código de barras genético. Ello ha permitido desarrollar iniciativas como el Instituto Nacional de la Biodiversidad en Costa Rica, para catalogar y preservar las más de 500.000 especies animales y vegetales de ese país y servir como modelo a acciones similares en otros países.

Como explica el acta, Janzen “es pionero en la ciencia de la restauración ecológica; (…) ha liderado la restauración y conservación de miles de hectáreas de paisaje antes degradado (…) y continúa liderando un programa de investigación innovador en la conservación de biodiversidad tropical mediante su integración con las culturas locales”.

“Este galardón nos permite a mí y a mi esposa (la ecóloga Winnie Hallwachs) sentir que la comunidad científica, y quienes usan la biodiversidad sin dañarla, aprecian lo que tratamos de hacer desde hace 25 años”, ha comentado Janzen tras recibir la noticia del fallo. “Dedicaremos el premio a financiar múltiples proyectos de investigación en taxonomía, ecología y desarrollo basado en la biodiversidad de otros miembros de nuestro equipo que no han logrado fondos; estos proyectos son parte integral de nuestros esfuerzos para conservar las regiones tropicales”.

El galardonado ha alertado sobre la situación de los ecosistemas tropicales, que están hoy “muy amenazados” y se enfrentan a un “proceso de destrucción acelerado”. “Los trópicos contienen gran parte de los libros biológicos del planeta que nos quedan por leer, y también una enorme porción del carbono que hemos inyectado en la atmósfera y que ha dado lugar al catastrófico cambio climático que nosotros mismos hemos provocado”.

El mayor proyecto de restauración forestal del mundo

El Área de Conservación Guanacaste (ACG) es una extensa zona de selva protegida en Costa Rica, que el propio Janzen contribuyó a convertir en reserva protegida hace 25 años. Como explica el acta, “comenzando con 10.000 hectáreas de terreno degradado, esta área se amplió hasta alcanzar 130.000 hectáreas de un sistema forestal restaurado y funcional”. El ACG es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y el modelo de trabajo de referencia de todo el sistema de parques nacionales costarricense.

Está reconocida internacionalmente como uno de los mejores ejemplos tropicales de "conservación a través del desarrollo de la biodiversidad", y es, además, el mayor proyecto de restauración forestal del mundo. “El ACG es un modelo de cómo conservar un gran sistema tropical complejo y ha resultado inspirador para la biología tropical y para iniciativas de conservación en todo el mundo”.

De las orugas y sus parásitos al ‘código de barras’ de la vida

En la primera etapa de su carrera, entre los años sesenta y ochenta, Janzen se convirtió en una figura clave en el diseño y la ejecución de experimentos de campo en ecología tropical sobre todo en Costa Rica, pero también en África, Asia y Australia. “Mi investigación persigue una comprensión total de las redes tróficas de una enorme región tropical conservada”, explica. “Esto implica identificar y documentar al menos 30.000 especies de plantas, orugas y parásitos en un área tan grande como la comunidad de Madrid, y hacerlo con la población local costarricense”.

Janzen ha investigado sobre todo las numerosas especies de orugas de mariposas, las plantas que consumen y los parásitos que se alimentan de ellas, en lo que constituye uno de los trabajos más exhaustivos jamás llevados a cabo en esta área. “Descubrir qué planta come cada oruga, y qué parásito come cada oruga, y por qué, cómo y cuándo, es aprender a leer la biodiversidad”.

Y leer la biodiversidad, dice Janzen, es un requisito indispensable para aprender a conservarla. “Hoy en día la humanidad trata la biodiversidad como un analfabeto trata la literatura: ve en ella madera para combustible, papel higiénico y cajas de cartón. Yo me dedico a las orugas, a las plantas y a los parásitos porque me despiertan curiosidad y porque me han enseñado a leer”.

Además, Janzen es uno de los pioneros, y principales promotores, del uso de las técnicas genéticas de última generación basadas en secuenciación de ADN para clasificación de especies. En concreto, es uno de los promotores del proyecto internacional ‘código de barras de la vida’ –International Barcode of Life–, que aspira a identificar en los próximos años el 5% de las especies del planeta mediante marcadores genéticos. Janzen trabaja ahora en los ‘códigos de barras’ de todos los lepidópteros de Guanacaste. Son técnicas que permitirán rápidos diagnósticos del status de conservación de faunas muy diversas, al posibilitar la rápida catalogación de especies

Fuente: Fundación BBVA
Derechos: Creative Commons
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