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Economistas de la Universidad del País Vasco han llevado a cabo un estudio que concluye que el desempleo cambia la moral de las personas sobre la distribución del dinero. Los investigadores han comprobado que cuando la gente se queda sin trabajo es más partidaria de redistribuir el dinero y de gravar con mayores impuestos a los más ricos para financiar el gasto público.
Investigadores de economía de las universidades del País Vasco (UPV/EHU) y de Nottingham (Reino Unido) han publicado un estudio en la revista PNAS centrado en cómo el desempleo cambia la moral de las personas sobre la distribución del dinero.
Según afirma Luis Miller, profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la UPV/EHU, y coautor del estudio, “en general, tanto las personas con un empleo como las que aún están estudiando a tiempo completo creen que se debería permitir a las personas quedarse con la mayor parte de lo que ganan y que está bien que aquellas que trabajan más duro o que son más productivas ganen más. Sin embargo cuando estas personas se quedan desempleadas abandonan esta creencia. Le dan más peso a la redistribución del dinero, lo que en términos sociales implicaría mayores impuestos para los que más ganan con los que financiar un mayor gasto público”.
Paloma Úbeda, economista de la misma universidad y otra de las autoras explica que en el estudio no preguntaron a los participantes sobre redistribución, impuestos o gasto público, ya que las respuestas a este tipo de preguntas podrían estar sesgadas por el propio interés de los entrevistados.
"Así –añade– las personas de ingresos altos que velan por sus propios intereses preferirían menos impuestos, mientras que las personas de ingresos bajos que también piensen en sus intereses querrían unos impuestos mayores. Lo que en realidad nos interesaba era entender cómo al quedarse desempleadas las personas cambian su modo de ver lo que es justo en términos de redistribución, es decir, si cambian sus valores morales. Encontramos que efectivamente estos cambian, al quedarse desempleadas las personas cambian lo que piensan acerca de la equidad y la redistribución”.
Cambio de opinión sobre la equidad y la redistribución
Para investigar los ideales de justicia de las personas, los investigadores contaron con la participación de 151 jóvenes de 18 a 35 años en el denominado “juego de la justicia distributiva”, un experimento diseñado para obtener los valores y preferencias de los participantes en relación con la equidad y la redistribución. El experimento fue llevado a cabo en Bilbao y Córdoba. El juego se dividía en dos partes.
En la primera parte los participantes 'trabajaban' para los investigadores durante siete minutos. En la segunda, cada voluntario recibía una bandeja dividida en cuatro secciones. Cada una de ellas contenía una cantidad diferente de dinero. Una de las secciones pertenecía al participante al que se le daba la bandeja. Las otras tres secciones, a los otros tres participantes que estaban en su grupo del juego. En algunos de los grupos la cantidad de dinero que cada uno recibía dependía de cuánto trabajo había realizado la gente en la primera parte del juego. En otros dependía enteramente de la suerte, sin tener nada que ver con el trabajo que había realizado.
Los voluntarios podían redistribuir el dinero entre las cuatro secciones del modo que quisieran. Podían quedarse con todo el dinero, dejar la bandeja tal y como la habían recibido o redistribuirlo para que los cuatro participantes recibieran la misma cantidad.
“Encontramos que las personas que tenían un empleo tendían a redistribuir menos el dinero cuando sabían que este había sido ganado en la primera parte, dice Miller. Por el contrario, tendían a distribuirlo de modo casi igualitario cuando sabían que las distribuciones iniciales se debían solo a la suerte”.
Los 151 jóvenes participaron dos veces en el experimento, una en la primavera de 2013 y otra justamente un año después. La repetición del experimento permitió a los investigadores ver si las personas que estaban empleadas o estudiando a tiempo completo en el primer año del estudio pero desempleadas en el segundo año, cambiaron sus opiniones con respecto a la equidad y la redistribución.
La mayoría de aquellos que se quedaron desempleados redistribuyeron el dinero de manera que las otras tres personas de su grupo terminaron con aproximadamente la misma cantidad de dinero, independientemente de si este dinero lo habían ganado o les había tocado en suerte.
Dinámicas laborales
Úbeda destaca que “la medida en que las personas reconocen el derecho individual a disponer de aquello que uno se ha ganado tiene importantes implicaciones sobre el modo en que la gente vota, cómo pagan sus impuestos o cómo actúan en el mercado de trabajo. Sin embargo, cada una de estas implicaciones tendrá que ser estudiada en más detalle por investigaciones futuras”.
Miller concluye que “la importancia del resultado principal de este estudio para comprender las dinámicas laborales, así como las intervenciones públicas más adecuadas, depende de en qué medida el efecto negativo que encontramos pueda ser revertido. En la actualidad, ya estamos trabajando en nuevos proyectos que intentan establecer si los desempleados tienen que volver a recuperar parte de los valores relacionados con el esfuerzo y la productividad dejados por el camino antes de reengancharse efectivamente al mercado de trabajo. Si esto fuera así, deberíamos investigar cómo se da este nuevo cambio de valores, así como qué intervenciones públicas pueden contribuir a que se produzca”.
Referencia bibliográfica:
A. Barr, L. Miller, P. Úbeda. "Moral consequences of becoming unemployed", PNAS (Abril 2016).