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Un análisis publicado en la revista Science muestra que con los compromisos actuales de los estados existe más de un tercio de probabilidades de evitar el aumento de la temperatura media global a 2 ºC. Pero los países deben seguir intensificando sus esfuerzos para que el objetivo se cumpla de verdad.
Ambición es una de las palabras clave de la Cumbre del Clima (COP26) que se celebra estos días en Glasgow. Reflejada en las promesas que cada estado se ha comprometido a cumplir a largo plazo, esta aspiración debe continuar fortaleciéndose si se quiere impedir no solo que el incremento de la temperatura sobrepase los 2 ºC, sino también los 1,5 ºC.
Para ello, entre las medidas que se establecieron en el Acuerdo de París, aprobado hace seis años, destacaban las contribuciones determinadas a nivel nacional (CDN), que representan objetivos de reducción de emisiones absolutas de gases de efecto invernadero en toda la economía de cada país y que debían actualizarse cada cinco años, un momento que correspondía a 2020. De este modo, cada estado muestra al mundo qué está dispuesto a hacer para afrontar la crisis climática.
“Cada promesa sucesiva debe representar una progresión más allá de la anterior con el fin de aumentar la ambición. Los compromisos que tienen un impacto más cuantificable son los que tienen una cobertura total de los gases de efecto invernadero y una hoja de ruta clara hacia las emisiones netas cero en un año determinado”, señala a SINC Allen Fawcett, jefe de la subdivisión de Economía del Clima de la Agencia de Protección Ambiental de EE UU.
A finales de septiembre de este año, más de 120 países ya habían presentado sus CDN mejoradas. Pero aunque esto suponga un paso importante en el cumplimiento del pacto climático, los expertos coindicen en que es aún necesario pasar de las palabras a la acción.
Un nuevo análisis, publicado en la revista Science y liderado por el Joint Global Change Research Institute en EE UU, destaca que los compromisos reforzados para 2030 y las metas de descarbonización fijadas para el año 2050 impedirían la posibilidad de alcanzar los peores resultados climáticos con un aumento de hasta 4 ºC de la temperatura media global para finales de siglo.
“Estamos mucho más cerca de alcanzar el objetivo de los 2 ºC que hace seis años, cuando se firmó por primera vez el Acuerdo de París. La ola de compromisos climáticos reforzados y los objetivos de cero emisiones aumentan significativamente nuestras posibilidades de permanecer por debajo”, anuncia Fawcett, uno de los autores del estudio.
El trabajo evalúa así, de manera rigurosa, cómo el aumento de la ambición representado en estas nuevas promesas afecta a las posibilidades de cumplir los objetivos del Acuerdo de París.
Después de calcular los resultados probabilísticos de la temperatura durante el siglo XXI para cinco escenarios de emisiones (desde la no contribución de nuevas acciones climáticas hasta la actualización de compromisos para lograr una descarbonización del 5 %), los autores encontraron que las promesas actualizadas –tanto los CDN como los compromisos de neutralidad climática– proporcionan a corto plazo una base más sólida para alcanzar los objetivos a largo plazo del Acuerdo de París.
Los investigadores partieron de un escenario hipotético de no renovación de políticas climáticas, en el que no se adoptaría medida adicional en materia de cambio climático, y otro en el que las partes no cumplirían con sus objetivos de CDN y seguirían descarbonizándose más allá de 2030 al ritmo de las políticas actuales.
Los resultados de la investigación, que combinó las promesas de cada país con el último informe del IPCC, muestran que con las CDN presentadas antes de la Cumbre del Clima de Glasgow se conseguiría limitar en mayor medida el aumento de la temperatura que con las promesas originales de París. Con las de Glasgow tenemos cerca de un tercio de posibilidades de frenar el incremento de la temperatura por debajo de los 2 ºC.
Es decir, si los países cumplen con la ambición representada en sus CDN, continúan aumentando la ambición a un ritmo consistente con sus compromisos actuales, y formalizan sus objetivos de cero emisiones netas (neutralidad de carbono), “entonces hay una posibilidad del 34 % de limitar el cambio de temperatura por debajo de los 2 ºC”, subraya el experto.
Pero “con una mayor ambición y un aumento de los compromisos más allá de 2030, la probabilidad de mantenerse por debajo de los 2 ºC puede aumentar a más del 60 %. Para llegar a los 1,5 ºC sería necesario, sin embargo, reforzar aún más los compromisos presentados este año”, apunta Fawcett.
Si los países no cumplen sus compromisos, sino que solo mantienen sus políticas actuales hasta 2100, hay más de un 90 % de posibilidades de que la temperatura supere los 2 ºC
De ahí la importancia de la COP26 de Glasgow. La cumbre es la primera prueba para este mecanismo de reajuste y actualización de las contribuciones nacionales establecido en París en 2015. “Si los países no cumplen sus compromisos, sino que solo mantienen sus políticas actuales hasta 2100, seguimos descartando en gran medida los peores resultados climáticos de 4 ºC o más. Sin embargo, hay más de un 90 % de posibilidades de que la temperatura supere los 2 ºC”, concluye el investigador.
Referencia:
Yang Ou, et al. “Can updated climate pledges limit warming well below 2°C?” Science