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Los adolescentes creen que el maltrato escolar "ocurre desde siempre y continuará"

Una investigación realizada en la Universidad de Granada revela que los escolares ven a las víctimas como “personas pasivas y socialmente incompetentes”, y a los agresores como “personas fuertes, valientes y extrovertidas”. Para llevar a cabo este trabajo, sus autores encuestaron a 1.237 niños de entre 11 y 16 años de Granada y Braga (Portugal), a quienes se aplicó un cuestionario para conocer su percepción sobre el ‘bullying’ o maltrato entre iguales.

Foto: Eddie S.

La mayoría de los adolescentes creen que el maltrato entre iguales en el ámbito escolar “es algo que ocurre desde siempre y que además va a continuar”, y presentan “una visión negativa, pesimista y de resignación” ante esta lacra social, lo que dificulta la intervención y deja pocas esperanzas para su erradicación.

Así se desprende de una tesis doctoral realizada en el departamento de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Granada, que advierte de que, desde un punto de vista de la acción psicopedagógica, “es necesario demostrar a los chavales que este tipo de actos no tienen que continuar para siempre, y que se puede hacer algo para terminar con ellos”, a través de programas educativos más completos.

Este trabajo, cuyo objetivo era conocer la representación que los adolescentes hacen acerca del fenómeno del maltrato entre iguales, ha sido realizado por la profesora Mª Jesús Caurcel Cara, y dirigido por los profesores Fernando Justicia Justicia (UGR), Ana Mª Tomás Almeida (Universidade do Minho, Portugal) y Mª del Carmen Pichardo Martínez (UGR).

Para llevarlo a cabo, los autores encuestaron a 1.237 niños de entre 11 y 16 años de Granada y Braga (Portugal), a quienes se aplicó un cuestionario para conocer su percepción sobre el ‘bullying’ o maltrato entre iguales. Así, los investigadores constataron que, en los centros escolares estudiados, existen comportamientos de victimización con una tasa de incidencia de 7.3% de víctimas, 8.5% de agresores y 84.1% de niños ‘espectadores’.

El maltrato, “algo natural”

Con su investigación, Mª Jesús Caurcel ha constatado que “el maltrato se está incorporando cada vez más al bagaje cotidiano de la interacción entre los grupos de iguales, se considera como algo natural y goza de cierta aprobación social”. Los escolares apoyan el comportamiento de los agresores, y dejan aislada y desprotegida a la víctima.

El cuestionario aplicado a los niños reveló que, para describir a los protagonistas del maltrato, los participantes se sirven de estereotipos sociales, caracterizando a la víctima como una persona pasiva, socialmente incompetente y que experimenta estados emocionales desagradables de ansiedad, depresión e inseguridad; y al agresor como una persona fuerte, valiente, extrovertida que experimenta estados emocionales agradables -victimizador feliz- que le dan poder y confianza en sí mismo, refuerzan su estatus en el grupo e inhiben otras motivaciones sociales para terminar con los abusos.

Diferencias por sexo

La investigación realizada en la UGR también ha demostrado que existen diferencias de sexo en la percepción social que los escolares tienen del maltrato entre iguales. Las chicas condenan los abusos de una forma más crítica, reaccionan ante ellos con emociones desagradables, rechazan este tipo de situaciones y muestran más empatía hacia la víctima, al describirla con un amplio conjunto de características positivas y reconociendo su sufrimiento y siendo capaces de compartir su estado emocional.

Por su parte, los chicos resaltaban en sus categorizaciones la vulnerabilidad y responsabilidad moral de la víctima, al afirmar que “debería sentirse culpable y avergonzada”.

Diferencias según la edad

En cuanto a las diferencias halladas en función de la edad de los participantes en el estudio, las diferencias más marcadas se encontraron entre los preadolescentes de 11 y 12 años y los adolescentes de 15 años, en adelante. “La percepción de la vulnerabilidad de las víctimas y la intensificación del rechazo contra los agresores se acentúan conforme los adolescentes crecen, lo que se debe a una mayor interiorización de las normas sociales por parte de los niños”, explica Caurcel.

El estudio realizado en la UGR ha permitido encontrar asociaciones, regularidades y factores de riesgo y de protección que pueden servir como punto de partida para implementar intervenciones adecuadas, coherentes y realistas en los centros escolares estudiados. Además, ayudará a determinar cuáles deben ser los bloques a trabajar para programas de intervención directa que ayuden a salir de esa espiral de violencia injustificada a los adolescentes por sus propios medios, con el apoyo de toda la Comunidad Educativa.

Parte de los resultados de la investigación han sido publicados en la Revista Iberoamericana de Diagnóstico y Evaluación Psicológica, Electronical Journal of Research in Educational Psychology, Revista de Educación de la Universidad de Granada, Interamerican Journal of Psychology o European Journal of Education and Psychology.

Fuente: Universidad de Granada
Derechos: Creative Commons

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