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Los ciudadanos alertan sobre la ineficacia de algunas medidas de conservación del aguilucho cenizo

Un programa de ciencia ciudadana pone de manifiesto que las medidas para la protección del aguilucho cenizo en los períodos de cosecha de cereal en Francia son ineficaces si no se protegen los nidos para disminuir la depredación tras la siega. Fruto de este trabajo de campo voluntario se ha publicado un estudio, con participación del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, que propone como solución vallar los nidos para mitigar los daños y optimizar los esfuerzos de conservación en distintas zonas.

Aguilucho cenizo (Circus pygargus). / Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos

Durante la última década ha habido una explosión de los llamados programas de ciencia ciudadana, en los cuales personas –sin formación científica– recopilan de forma voluntaria información útil para programas de investigación.

Un estudio publicado en Journal of Applied Ecology, en el que participa la científica Beatriz Arroyo, del Instituto de Investigación en Recursos Cinegéticos, en colaboración con investigadores de la Universidad de Helsinki (Finlandia) y del Centro Nacional de Investigación Científica CNRS (Francia), presenta un ejemplo del uso de ciencia ciudadana para evaluar y optimizar la eficacia de programas de conservación.

La productividad de los nidos que se protegen solo en el momento de la cosecha del cereal se ve fuertemente disminuida por la depredación

Los científicos usaron datos recogidos durante seis años por un programa voluntario de protección del aguilucho cenizo (Circus pygargus) a escala nacional en Francia –mas de 1.000 nidos al año–. Esta rapaz de tamaño mediado está ligada a los cultivos de cereal (trigo y cebada) y vive en grandes extensiones abiertas y desarboladas.

“En el país galo trabajan cada año como voluntarios una media de 500 personas con este objetivo. Lo que tienen que hacer es buscar los nidos y una vez localizados buscar al dueño del campo, hablar con él para poner la valla o proteger el nido sin valla (según lo que acuerden) en el momento de la cosecha, y transmitir la información de la monitorización: datos del nido, pollos volados, etc. a un coordinador regional”, declara a Sinc Arroyo.

El trabajo muestra que la productividad de los nidos que se protegen solo en el momento de la cosecha del cereal se ve fuertemente disminuida por la depredación tras la siega, excepto si los nidos son protegidos temporalmente por una valla.

“La valla ayuda a disminuir la depredación post cosecha, ya que el trigo sin recoger en un ‘mar’ de rastrojo es muy detectable para los depredadores. Cada valla cuesta entre 10 y 15 euros, y se puede reutilizar en otros nidos al año siguiente”, apunta la experta. Esta importante mano de obra es, en cualquier caso, limitada y está distribuida de forma irregular ya que depende del número de voluntarios que haya en cada zona.

Los científicos combinaron la información sobre la densidad de aguiluchos como, por ejemplo, la proporción que fracasaría en la ausencia de medidas de conservación, y la disponibilidad de voluntarios, para realizar un mapa de los beneficios potenciales para la especie –estimación de pollos salvados por km2– si se aplicara la medida más eficaz. Según el estudio, las áreas de mayor beneficio potencial no son necesariamente aquellas donde hay una mayor densidad de voluntarios.

“Las zonas que se beneficiarían más de un aumento del esfuerzo en conservación son el noreste de Francia, sobre todo las de Champagne-Ardenne, Lorraine y France-Comté. Elegimos Francia para el estudio porque ahí existía esta iniciativa de implicación ciudadana desde hace años, pero nadie había evaluado antes las implicaciones de lo que se hace o si se podría optimizar su esfuerzo”, asegura Arroyo.

Una solución no apta para perdices o sisones

No se podría aplicar en especies como perdices o sisones porque se estresarían con una valla alrededor del nido

El ejemplo concreto de cómo proteger los nidos en la cosecha sería extrapolable a otras especies de aguilucho en otras zonas. Sin embargo, en otras aves que crían en el suelo, como las perdices o los sisones, y que también sufren mucha mortalidad en cosecha, no se podría aplicar porque se estresarían con una valla alrededor del nido.

“La principal conclusión es que el impacto de los programas de conservación aumentaría de forma exponencial si se dirigen los esfuerzos a las zonas donde el desequilibrio entre beneficios potenciales y disponibilidad de voluntarios es mayor”, enfatiza la investigadora.

El estudio también destaca la importancia de la ciencia ciudadana para obtener datos a gran escala, que pueden ser usados para obtener recomendaciones de gestión basadas en evidencias científicas, en un marco de gestión adaptativa.

Referencia bibliográfica:
Santangeli, A., Arroyo, B., Millon, A. & Bretagnolle, V. “Identifying effective actions to guide volunteer-based and nation-wide conservation efforts for a ground-nesting farmland bird”. Journal of Applied Ecology, 26 de mayo de 2015.

Fuente: SINC
Derechos: Creative Commons

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