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La amígdala y otras estructuras cerebrales que influyen en la toma de decisiones también determinan la expresión inconsciente del prejuicio racial y su control social. Investigadores de la Universidad de Nueva York (EE UU) han revisado 18 trabajos basados en técnicas de neuroimagen.
El cerebro humano utiliza los mismos circuitos neuronales para juzgar a una persona por motivos étnicos que para procesar emociones y tomar decisiones, según el artículo de revisión publicado en la revista Nature Neuroscience. La síntesis de 18 investigaciones basadas en técnicas de neuroimagen destaca el importante papel de la amígdala, junto con otras regiones del cerebro, en la expresión inconsciente del prejuicio racial así como en su posterior control social.
“La amígdala es el área del cerebro más analizada en los estudios sobre actitudes raciales, creencias y toma de decisiones”, dice a SINC Jennifer Kubota, investigadora de la Universidad de Nueva York (NYU) en Estados Unidos y primera autora de la compilación. Este grupo neuronal es una de las estructuras cerebrales del sistema límbico más primitivas de los vertebrados complejos, que se relaciona directamente con el aprendizaje y las reacciones emocionales. La corteza dorsolateral prefrontal modula su actividad.
Además, el córtex del cíngulo anterior incide en la regulación de funciones cognitivas racionales como la empatía y las emociones, a la vez que en funciones autónomas como la presión sanguínea y el ritmo cardíaco. Por último, parte de la circunvolución fusiforme influye en el reconocimiento de caras.
Este trabajo recoge la creciente literatura científica sobre prejuicios raciales, basadas en resonancias magnéticas funcionales (fMRI). Las investigaciones examinaron la representación mental de ciudadanos estadounidenses de etnias caucásica y afroamericana.
Elizabeth Pelphs, investigadora de la NYU y coordinadora del estudio, recuerda que “la historia de las relaciones entre las diferentes etnias en EE UU está teñida de emociones complejas que incluyen el miedo, la hostilidad y la falta de confianza”. Los científicos explican que esta revisión refleja cómo hacer frente a los prejuicios raciales no deseados para incentivar el cambio social hacia comportamientos libres de sesgos.
“A medida que la neurociencia avanza es importante entender las estructuras cerebrales relacionadas con la detección y el control de las actitudes raciales”, concluye Kubota.
Referencia bibliográfica:
Kubota, J.T.; Banaji, M.R.; Phelps, E.A. “The neuroscience of race”. Nature Neuroscience 7 (15): 1-9, 26 de junio de 2012. DOI: 10.1038/nn.3136
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