Un equipo multidisciplinar compuesto por optalmólogos del IOBA (Instituto Universitario de Oftalmobiología Aplicada) de Valladolid, biólogos del banco de tejidos de la Fundación Clínica San Francisco (León), y veterinarios de la Universidad de León comenzarán a partir de enero un ensayo in vivo con modelos animales para tratar de reconstruir el limbo, una región exterior del ojo, a partir de células madre. El objetivo es dar soluciones al síndrome de insuficiencia límbica.
El Centro de Investigaciones Médico-Sanitarias (CIMES), a través de su equipo de resonancia magnética, colabora desde 2008 con la empresa El Jardín de Junio en el registro de datos neuronales por medio de unas gafas que proyectan imágenes cerebrales.
Gafas utilizada para realizar la resonancia magnética cerebral.
La parte de nuestro cerebro que se encarga de registrar el miedo y el pánico posee un sensor químico integrado que se dispara por un terror primario: el ahogamiento. Un informe publicado hoy en la revista Cell muestra que el aumento de los niveles de ácido que sufre el cerebro de ratones al respirar dióxido de carbono activa los canales detectores de ácido que estimulan el comportamiento propio del miedo. Los sensores químicos de la amígdala participarían, por tanto, en las respuestas al miedo ante estímulos de aversión.
El circuito cerebral del miedo se encuentra situado en la amígdala.
Las personas que padecen diabetes presentan con frecuencia daños en los nervios ocasionados por los altos niveles de azúcar en sangre y la disminución del flujo sanguíneo. En concreto, se estima que el 50 por ciento de los enfermos desarrolla daño neurológico, o lo que es lo mismo, neuropatía diabética. Científicos del centro tecnológico Cartif trabajan en un proyecto para la detección precoz de esta enfermedad neurológica en estrecha colaboración con el personal del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínico Universitario de Valladolid teniendo en cuenta que, como media, los pacientes no la desarrollan hasta diez o incluso veinte años después del diagnóstico.
Investigadores europeos han descubierto un nuevo tipo de célula inmunitaria que influye en enfermedades inflamatorias crónicas como la psoriasis y el asma. El equipo confía en que su descubrimiento contribuya al desarrollo de nuevos fármacos contra estas enfermedades.
El Instituto de Ciencias del Corazón (Icicor) de Valladolid, con sede en el Hospital Clínico Universitario, trabaja en un grupo denominado TECAM en el marco de su línea de investigación en terapia celular.
Centíficos de la División de Ingeniería Biomédica del centro tecnológico Cartif de Valladolid trabajan en la simulación del comportamiento eléctrico del corazón ante arritmias con el objetivo de guiar al especialista médico a la hora de llevar a cabo uno de los tratamientos habituales, la ablación percutánea.