Contrariamente a los humanos y otros mamíferos, las salamandras no pueden quedarse tuertas, ni mancas, ni cojas. Gracias a una excepcional habilidad, son capaces de regenerar una y otra vez hasta su cerebro, corazón y médula espinal, una destreza que ni siquiera pierden cuando llegan a la edad adulta. Un nuevo estudio revela por qué estos anfibios, protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia, se han convertido en las estrellas del crecimiento de miembros perdidos.
Investigadores de la Universidad de Córdoba y la Red Española de Aerobiología han analizado los cambios en la intensidad de floración en la península ibérica en los últimos 20 años combinando fenómenos como el cambio climático y la Oscilación del Atlántico Norte, NAO. Sus conclusiones indican que aún cuando las plantas disponen de mayor cantidad de CO2 para realizar su fotosíntesis y aumentar su vigor, la falta de lluvias asociada al cambio climático y a las oscilaciones de la NAO han puesto en serio peligro a la flora, que va descendiendo en cantidad y variedad de especies.
El genoma completo del gorila occidental de tierras bajas se secuenció en 2012, pero contenía imprecisiones y vacíos secuenciales. Un equipo estadounidense de científicos ha logrado reconstruirlo de manera más simple y precisa, obteniendo nueva información sobre los genes que diferenciaron a los primeros humanos de estos grandes simios.
El aumento de las temperaturas, generado en parte por la frenética actividad humana y la superpoblación, está modificando los hábitats naturales y pone en peligro la biodiversidad del planeta. Las aves son algunos de los animales afectados, pero no todas las especies sufren por igual las consecuencias del cambio climático. Un nuevo estudio demuestra que incluso puede beneficiar a algunas. De las 96 especies estudiadas en España, 37 se han visto favorecidas y 59 perjudicadas.
Gran parte de la biodiversidad de nuestro planeta se concentra en puntos críticos como las montañas tropicales, donde el conocimiento sobre la distribución de las especies es escaso. Un nuevo estudio revela que las nubes ayudan a identificar el tamaño y la ubicación de importantes hábitats de animales y plantas para guiar su manejo y conservación.
Una serpiente de color verde con manchas negras y marrones y más pálida en su parte inferior se deslizaba por los suelos de Teruel hace unos diez millones de años. Un grupo internacional de paleontólogos ha logrado por primera vez reconstruir su aspecto gracias al análisis de las células cromáticas mineralizadas que se conservaban en un fósil hallado en el yacimiento de Libros a principios del siglo XX.
Los restos hallados en una cueva indonesia hace más de una década revelaron la existencia de Homo floresiensis, una especie humana extinta que vivió en la isla de Flores hace 12.000 años. Sin embargo, nuevas excavaciones y la reevaluación de los depósitos demuestran ahora que en realidad el hombre apodado “hobbit” se extinguió hace unos 50.000 años, coincidiendo con la primera dispersión de los humanos modernos hacia el sudeste asiático y Australia.
Crías de herrerillos reclaman alimento usando sus cantos, su posición en el nido y la intensidad del color de su pico. / Nature
Investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales, en colaboración con científicos de 29 instituciones europeas, han publicado un artículo en el que explican por qué los bosques europeos con diversidad de especies cumplen mejor sus funciones que los más homogéneos. Jack of all trades, o aprendiz de todo y maestro de nada, es el término que han acuñado y que explica por qué un bosque más diverso es multifuncional y capaz de suministrar muchos servicios al mismo tiempo.