Una de cada diez personas en el mundo no tienen acceso a agua potable. / Efe
En los últimos 50 años, el límite superior del bosque en los Pirineos catalanes ha avanzado una media de 40 metros gracias a la disminución de la presión ganadera. Así lo revela un nuevo estudio que también ha analizado cómo ha variado el avance del bosque en función del cambio climático. Contrariamente a lo que se ha creído hasta ahora, el aumento de las temperaturas desempeña un papel mucho menos importante.
La población de araos comunes, unas aves marinas que viven en los acantilados de la isla de Stora Karlsö en Suecia, está recuperándose después de haber sufrido un grave declive en los años 60. En la actualidad, los científicos aseguran que nunca había estado en mejores condiciones. Así lo revelan después de haber trazado su tendencia poblacional del último siglo gracias a las fotografías tomadas por los turistas que visitaron la isla.
Algunas especies de plantas son capaces de colonizar nuevos hábitats gracias a los pájaros que transportan sus semillas en el plumaje o el tracto digestivo. Hasta hace poco se sabía que las aves podían hacerlo a pequeñas distancias, pero un nuevo estudio demuestra que también son capaces de dispersarlas a más de 300 kilómetros. Para los científicos, esta función podría ser clave frente al cambio climático, ya que permitiría la supervivencia de muchas especies.
Los macacos viven en diversas regiones del mundo, desde el norte de África y Gibraltar hasta China y Japón. Muchas de las 22 especies de estos primates no solo son utilizadas para experimentación animal, sino que son víctimas del tráfico ilegal de especies, como ocurre con el de Berbería (Macaca sylvanus). Esta semana, que ha celebrado por primera vez el Día Internacional del Macaco, estos animales son protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia
La Antártida alberga una gran diversidad de cuerpos de agua dulce y ecosistemas terrestres, donde comunidades microbianas cumplen una función esencial en términos de biomasa e incorporación de nutrientes que, posteriormente, circulan a lo largo de todo el ecosistema terrestre polar. Sin embargo, con el cambio climático, los científicos han observado la presencia de placas blanquecinas y redondeadas distribuidas a lo largo de los tapetes microbianos que dominan los ecosistemas acuáticos que afectan a la actividad biológica.
En las plantas existe una estructura llamada epicáliz, que se cree que atrae a polinizadores, protege el ovario, facilita la germinación y dispersa frutos y semillas. Pero hasta ahora se había especulado sobre sus funciones y su origen. Un equipo del científicos del Real Jardín Botánico (CSIC) ha estudiado el desarrollo floral en las especies Lavatera trimestris y Malva hispanica y propone una novedosa hipótesis: el epicáliz es una hoja altamente modificada.