Se pensaba que los asteroides ricos en agua habían llenado los océanos de nuestro planeta, pero ahora un equipo de científicos cree haber descubierto otra fuente inesperada e igual de importante: el viento solar, que activa la formación de moléculas de agua sobre los granos de polvo extraterrestre.
La práctica ancestral de las acequias de careo en Sierra Nevada se remonta a la Edad Media, cuando los musulmanes ya ‘sembraban’ agua del deshielo para recargar canales abiertos montaña abajo y garantizar su suministro. Hoy, una red mantiene viva esta práctica, en cuya conservación ha colaborado también el proyecto Life Adaptamed por ser un modelo de adaptación al cambio climático.
Considerada un manual de concienciación ecológica, la saga de Frank Herbert, que acaba de ser adaptada de nuevo al cine, propone soluciones ante la escasez de nuestro recurso más valioso y desperdiciado: el agua potable. Hoy los investigadores se afanan en desarrollar tecnologías que ya no son de ciencia ficción para recolectar, reciclar y purificar este valioso elemento.
El lago de origen glacial Agassiz, que se extendía hace 12.000 años al oeste de Canadá, se desbordó y se vació a una velocidad de 800 piscinas olímpicas por segundo, según un nuevo estudio con participación española. Esto pudo provocar un periodo de enfriamiento brusco del planeta.
Investigadores españoles han demostrado que el sistema de la ‘gota caminante’ cumple una ecuación de cuantización que explica la aparición de niveles de energía de un sistema cuántico.
La disponibilidad relativa de agua en las atmósferas de Venus y la mayoría de los planetas del sistema solar es tan baja que no podrían vivir ni los organismos adaptados a los ambientes más extremos de la Tierra. Solo lugares excepcionales como la masa nubosa de Júpiter abren esa posibilidad, aunque existen factores limitantes como la disponibilidad de nutrientes y la radiación, según un estudio europeo con participación española y de la NASA.
Mientras que la mayoría de los peces necesitan agua para ingerir alimentos, la anatomía única de las mandíbulas de la garganta de las morenas estrelladas o copo de nieve, protagonistas del #Cienciaalobestia, les permite atrapar y tragar presas en tierra.
Durante décadas el origen y forma del sistema de cañones de hielo del polo norte de Marte ha desconcertado a los astrónomos. Ahora han descubierto que detrás de esta megaestructura, una de las mayores y más jóvenes del sistema solar, están procesos de erosión in situ y transporte eólico del material helado.
Entre el 30 y el 99 % del agua que cubrió el planeta rojo, que tuvo ríos y mares hace millones de años, quedó incorporada a los minerales de su corteza y no se evaporó. Así lo reflejan nuevos datos y simulaciones presentadas esta semana en la Conferencia de Ciencia Lunar y Planetaria.
El orbitador TGO de la misión europea y rusa ExoMars ha encontrado por primera vez cloruro de hidrógeno en la atmósfera de Marte, generado con la ayuda del polvo que llega desde las costras saladas de su superficie. También ofrece información inédita sobre la pérdida de agua en el planeta rojo a partir de la relación entre las cantidades de hidrógeno y deuterio.