Para hacer posible en el futuro la sustitución de antibióticos por virus que maten a las bacterias, en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB) estudian las proteínas que permiten a esos virus bacteriófagos anclarse sobre la superficie de las bacterias. Investigadores de este centro acaban de publicar en la revista PNAS un avance que desvela la estructura de una de estas proteínas.
Son cantidades muy pequeñas, pero en la leche en polvo y en los alimentos de bebé elaborados a base de carne aparecen residuos de los medicamentos que se administran al ganado. Investigadores de la Universidad de Almería han desarrollado un sistema para analizar de forma rápida y precisa estas sustancias.
Un estudio liderado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) describe la estructura de una enzima, la DRL, esencial para la supervivencia de algunas bacterias. El diseño de fármacos específicos para inhibir dicha enzima en los patógenos que la poseen permitirá un uso más selectivo de los antibióticos.
El papel de los bacteriófagos o fagos —virus que infectan a las bacterias— podría ser clave en la transferencia de genes de resistencia a los antibióticos entre bacterias, puesto que este proceso puede favorecer la aparición de cepas de bacterias resistentes en el entorno natural. Esta es una de las principales conclusiones del artículo publicado en la revista Antimicrobial Agents and Chemotherapy, firmado por el grupo de investigación consolidado Microbiología de Aguas Relacionada con la Salud (MARS), del Departamento de Microbiología de la Facultad de Biología de la UB.
En la imagen, los investigadores del estudio Poinar y Wright. Foto: Chantall Van Raay (c).
Los científicos quedaron sorprendidos al ver la rapidez con la que las bacterias se hacían resistentes a los antibióticos cuando estos fueron desarrollados hace menos de un siglo. Ahora, investigadores de la Universidad McMaster (Canadá) han descubierto que esta resistencia ya existía hace al menos 30.000 años.
Científicos del Instituto de Biología Funcional y Genómica (IBFG), centro del CSIC y la Universidad de Salamanca, han publicado un artículo en la revista científica PLoS ONE que contribuye a aumentar el conocimiento sobre las bacterias del género Streptomyces, los microorganismos que producen la mayor parte de los antibióticos. En concreto, trabajan con Streptomyces coelicolor aprovechando que su genoma está secuenciado para identificar nuevos genes implicados.
La colaboración de dos grupos de investigación del CSIC, publicada en la revista PLoS Pathogens, ha conseguido describir las bases moleculares y estructurales de la inducción de la resistencia a los antibióticos por triclosán.
Uno de los motivos que hacen a los microbios invencibles es el mal uso de los fármacos.