Millones de personas no pueden permitirse encender la calefacción en invierno. Lejos de aliviar esta situación, el cambio climático la agrava también en el periodo estival, cuando el acceso al aire acondicionado se vuelve vital frente a olas de calor cada vez más intensas y frecuentes, con un impacto creciente sobre los hogares más vulnerables.
Las olas de calor marinas provocan mortalidad masiva de especies, alteran hábitats oceánicos y afectan a la pesca y la acuicultura. Un nuevo análisis global alerta de que estos fenómenos extremos podrían presagiar un punto de inflexión en el sistema climático.
La institución ha advertido que las consecuencias del cambio climático a nivel global son graves y de gran alcance. Su opinión consultiva tiene peso político y jurídico que puede servir de base para futuras demandas, sanciones climáticas y exigencias de financiación.
Un estudio de la Universitat Rovira i Virgili revela que solo el 2 % de los tuits de destinos turísticos tratan el calentamiento global. La mayoría habla de mitigación o adaptación, pero se omiten causas e impactos reales, lo que dificulta la sensibilización de residentes y turistas.
Un estudio internacional señala que los planes urbanos frente al aumento de las temperaturas son insuficientes y no contemplan las necesidades de la población de edad más avanzada. En Madrid, un 89 % de los encuestados de este grupo vulnerable al calor afirmó que el cambio climático afecta a su vida diaria, especialmente las mujeres.
Ni el hielo más remoto del planeta escapa a esta amenaza invisible. Genes de resistencia a los antibióticos se encuentran en excrementos de aves migratorias, casquetes polares en retroceso y sedimentos del océano austral. Su dispersión no conoce fronteras y avanza por la contaminación humana y el cambio climático.
Durante la última glaciación, la gruesa capa de hielo ayudó a contener la actividad volcánica, ya que su peso mantenía el magma bajo la superficie. Sin embargo, el calentamiento global y el deshielo de los glaciares disminuyen esa presión, lo que podría provocar erupciones más frecuentes y explosivas.
Una investigación del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambientales propone un marco comparativo para analizar cómo interactúan distintas formas de crecimiento urbano con el medio ambiente. El estudio concluye que las grandes ciudades no son necesariamente insostenibles. Su impacto depende de cómo se gestionen su expansión, densidad y modelos de desarrollo.
El proyecto SIRIUS de la Agencia Espacial Europea impulsará el estudio del impacto térmico de las ciudades europeas mediante tecnología satelital avanzada. La iniciativa, dirigida por José Antonio Sobrino, catedrático de Física de la Tierra de la Universitat de València, busca generar conocimiento clave para afrontar los retos del cambio climático en entornos urbanos.
El cambio climático y la sobreexplotación de recursos están detrás de algunos de los episodios de sequía más destructivos de la historia reciente, según un informe internacional que documenta impactos críticos en todos los continentes.