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La secuenciación del genoma de más de 300 personas de la región del Pacífico revela cómo comenzaron a colonizar Oceanía hace unos 45.000 años. En el camino, desde África y atravesando Eurasia, se cruzaron con otras especies humanas que dejaron mutaciones y adaptaciones inmunitarias útiles para sobrevivir en entornos isleños.
Un equipo, con participación española, ha analizado las secuencias genéticas del cromosoma Y de neandertales y denisovanos, estrechamente relacionados evolutivamente con los primeros. Los resultados revelan, sin embargo, mayor similitud genética entre los neandertales y los humanos modernos, lo que deja a los denisovanos como un linaje de una raíz más antigua para este marcador genético.
Un nuevo estudio resuelve una discrepancia que indicaba que neandertales y denisovanos se separaron hace 381.000 años. El nuevo modelo muestra que los neandertales ya eran distintos de los denisovanos hace 600.000 años y que, antes de separarse, sus ancestros, denominados 'neandersovanos', tuvieron sexo con una población de homininos superarcaicos hace unos 700.000 años.
La revista Science ha seleccionado los diez avances científicos más importantes de este año. En las primeras posiciones, la fotografía del agujero negro, el rostro de los denisovanos y la explicación de la desaparición de los dinosaurios. Además, la publicación señala tres grandes tareas pendientes de la ciencia.
Un estudio rebate que la morfología particular de los molares de algunos grupos asiáticos se deba a la hibridación de sus ancestros con los denisovanos, una población humana extinta que coexistió con el Homo sapiens y con los neandertales, y cuyo ADN está presente en entre un 4 % y un 6 % de las poblaciones actuales de Australia, Melanesia y Papúa Nueva Guinea.
Entre 1972 y 1983 se hallaron cuatro dientes en la cueva de Yanhui en Tongzi, al sur de China, y fueron asignados por su antigüedad de entre 240.000 y 172.000 años a un Homo erectus o a un Homo sapiens arcaico. Un estudio revela ahora que estos restos no se ajustan al patrón morfológico de Homo erectus clásico, por lo que podrían representar a los tan buscados denisovanos.
En el sur de Siberia, en un valle en las montañas de Altái, se encuentra la cueva Denisova. Este lugar ha iluminado nuestra comprensión sobre los primeros homínidos que habitaron Asia. Un equipo de científicos ha refinado la datación de los restos de este yacimiento, en el que vivieron neandertales y denisovanos.
Dos poblaciones pigmeas en la misma isla tropical: Flores. Una se extinguió hace decenas de miles de años, los conocidos como ‘hobbits’ y la otra todavía vive allí, los pigmeos modernos. La pregunta de si estaban relacionados ha tardado años en responderse. Según un nuevo estudio de la revista Science, no existe vínculo genético entre ambos.
A lo largo de su historia, el Homo sapiens se mezcló con otras especies o grupos de humanos como los neandertales y los denisovanos. Prueba de ello es que algunos pueblos de Oceanía tienen en la actualidad cerca de un 5% de ADN denisovano. Pero no son los únicos. Un nuevo estudio revela que los habitantes del este asiático tuvieron su propio cruce con estos humanos arcaicos de los que aún sabemos muy poco.
Hasta ahora seguía siendo un misterio el origen de 28 individuos cuyos restos de más de 400.000 años de antigüedad se hallaron en los años 90 en la Sima de los Huesos en Atapuerca. Las características de los huesos los relacionaban con neandertales y el análisis de su ADN mitocondrial los asociaban con denisovanos, una especie extinta de Siberia. Ahora el análisis del ADN nuclear confirma que pertenecieron al linaje evolutivo de los neandertales.