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Cuatro hombres y dos mujeres se embarcan esta semana en un laboratorio móvil, impulsado por una enorme cometa, para recorrer una ruta inexplorada en Groenlandia. Además de tomar muestras de hielo y de microorganismos del aire, en este entorno tan hostil pondrán a prueba un instrumento que podría detectar indicios de vida en Marte.
Investigadores de la Universidad de Cambridge han observado tasas de fusión muy altas en el fondo de la capa de hielo de Groenlandia, causadas por las enormes cantidades de agua deshelada que cae desde la superficie. Al hacerlo, la energía se convierte en calor, en un proceso equivalente al de las diez mayores centrales hidroeléctricas del mundo juntas.
Acostumbrado a publicar sus avances sobre el deshielo del Ártico en publicaciones científicas, el glaciólogo acaba de presentar su primer ensayo Hielo. Viaje por el continente que desaparece. En él, ciencia y aventura se combinan para alertar sobre los efectos que el cambio climático ya está provocando en Groenlandia.
La pérdida de hielo en Groenlandia durante el siglo XXI será mayor que en cualquier otro momento de los últimos 12.000 años, según nuevas simulaciones. De seguir con la tendencia actual de emisiones de CO2, la disminución de masa en 2100 será cuatro veces mayor que en los últimos milenios, lo que revertirá 4.000 años de formación de hielo.
Con la ayuda de esquimales inuit, los científicos han logrado acercarse a los tímidos narvales, protagonistas de nuestro #Cienciaalobestia, para grabar sus sonidos bajo las aguas de un fiordo de Groenlandia. Así han descubierto los silbidos que emiten para comunicarse y los clics con los que ecolocalizan a los peces, a los que acaban cercando con un zumbido de motosierra.
Las estimaciones realizadas para predecir la velocidad con la que los glaciares y los mantos de hielo de la Antártida y Groenlandia perderán masa son todavía inciertas, pese a los avances en tecnología. Así lo revela un estudio internacional en el que ha participado un investigador de la Universidad Politécnica de Madrid.
Un equipo de casi un centenar de científicos ha logrado la imagen más completa de la pérdida de hielo de la gran isla nórdica y revela que la tasa se ha multiplicado por siete respecto a la década de los 90. Este fenómeno afectará a unos 360 millones de personas a finales de siglo debido a las inundaciones provocadas por el aumento de hasta 60 centímetros del nivel del mar.
Capa de hielo de Groenlandia. / Ian Joughin, Universidad de Washington
Debido a los eventos extremos de fusión que afectan al Ártico, se están formando enormes placas heladas de varios metros de espesor que impiden la filtración del agua a través de la nieve porosa. Como consecuencia, ese caudal procedente del deshielo acaba en el océano, aumentando su nivel aún más de lo esperado.
Un gigantesco cráter de 31 km de diámetro, tan grande como el área metropolitana de Madrid, se oculta bajo un glaciar de Groenlandia. Los científicos que lo han descubierto estiman que el meteorito que lo produjo pudo impactar hace entre tres millones de años y tan solo 12.000 años. Quizá nuestros antepasados no vieron la colisión, pero pudieron sentir sus consecuencias climáticas.