Científicos estadounidenses han analizado las huellas dactilares registradas en fragmentos de arcilla de 1.000 años de antigüedad realizados por la sociedad Puebloan al suroeste de EE UU y concluye que tanto hombres como mujeres se dedicaban a la alfarería, una actividad que se presumía femenina.
Cada publicación sobre si hay o no variaciones importantes en el cerebro de hombres y mujeres genera encendidas reacciones incluso entre la comunidad científica. Muchos alertan de que el área avanza lastrada por sesgos que inducen a ignorar las evidencias, a un mal diseño de los experimentos y a errores de interpretación, en un círculo vicioso que perpetúa los estereotipos.
Esta científica y escritora neoyorquina, además de experta en física de partículas y cosmología, es una celebridad. También, una pionera. Fue la primera mujer en ocupar la cátedra de Física Teórica de las universidades de Harvard y Princeton y la primera profesora titular en esta materia en el MIT. Ahora, vive con emoción grandes descubrimientos como la detección de las ondas gravitacionales. “Estamos justo al principio, es apasionante”, dice.
Lanzada hace poco más de un año por investigadoras estadounidenses, la base de datos Request a Woman Scientist tiene ya registradas más de 8.500 mujeres de 174 disciplinas científicas y 133 países, entre ellos España. Su finalidad es dar visibilidad al trabajo de las científicas y acabar con el predominio de las voces masculinas en las noticias, los paneles y las conferencias relacionadas con la ciencia.
La ganadora del premio Abel 2019 es un referente científico extraordinario para mujeres y hombres porque rezuma entusiasmo cuando habla de los retos que ha abordado. Porque agradece al movimiento feminista la lucha que ha permitido a tantas, como ella, mejorar sus condiciones laborales y sociales. Porque se considera “imperfecta”, y con estas sencillas palabras ayuda a derribar el mito de que las matemáticas solo están destinadas a personas con especiales dones.
El perfil de Facebook Doña Jacinta 2.0 aprovecha las redes sociales como herramienta para la divulgación histórica a partir de la figura de la esposa del general Espartero, uno de los personajes fundamentales del s. XIX en España.
Hasta los años 60, la búsqueda de fósiles, los trabajos de campo y las excavaciones no eran tareas de mujeres. Solo Mary Anning logró a principios del siglo XIX hacerse un hueco en una ciencia masculinizada. Otras la siguieron, pero nunca de forma profesional. En España, la granadina Asunción Linares fue en 1961 no solo la primera catedrática en Paleontología, sino la primera mujer en obtener una cátedra en una facultad de ciencias.
Un año más celebramos el Día Internacional de la Mujer. Aún con la resaca del 11 de febrero, el día específico de la mujer y la niña en la ciencia, es indudable que estas conmemoraciones están adquiriendo cada vez más importancia junto a las reivindicaciones feministas y los debates que las acompañan.
Para la revista Science, uno de los hitos de 2018 fue la denuncia y persecución del acoso sexual en el ámbito científico. En EE UU, la investigadora Julie Libarkin ha creado una base de datos abierta sobre casos confirmados y la neurocientífica Beth Anne McLaughling ha impulsado el movimiento #MeTooSTEM. Varias universidades españolas ya han estudiado el acoso sexual en sus campus.
Nuria Oliver. / EFE/ Angel Diaz