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La tecnología de biochips que el Centro de Astrobiología lleva años desarrollando para la detección de vida en otros planetas se ha aplicado ahora en un ensayo serológico para detectar la COVID-19 a través de anticuerpos. En el proyecto colaboran otros centros de investigación españoles y el Hospital Central de la Defensa.
En el camino hacia la ‘nueva normalidad’, los test de anticuerpos realizados por empresas están cobrando protagonismo. Bryant, experta en diagnóstico serológico, recuerda que estas pruebas son útiles para conocer, a través de estudios estadísticos, el porcentaje de personas que lo han pasado en una población, pero su uso individual puede dar una falsa sensación de seguridad.
El positivo en un test de anticuerpos podría no garantizar protección contra el coronavirus. El primer estudio realizado en España apunta que un 44 % de las personas que han sufrido la infección de manera leve o asintomática tienen un nivel de anticuerpos muy bajo y con poca capacidad neutralizante. Por ello, los autores subrayan la necesidad de mantener las medidas de precaución para evitar nuevas exposiciones.
La búsqueda de soluciones para la COVID-19 se ha convertido en el primer objetivo de decenas de grupos de investigación. Varios de ellos trabajan ya con anticuerpos de camélidos, cuya estructura, tamaño y estabilidad permitirán desarrollar tratamientos y vacunas contra la infección.
Este bioquímico británico ganó el Premio Nobel de Química en 2018 por sus investigaciones con la técnica de presentación de fagos (phague display). Su trabajo se basa en replicar las condiciones que hacen evolucionar a los seres vivos para crear anticuerpos eficaces en la detección y destrucción de patógenos o células tumorales.
En un estudio publicado en Nature Microbiology, investigadores de IrsiCaixa han descubierto que el virus del Ebola utiliza un receptor celular igual que el VIH para invadir las células mieloides del sistema inmunitario, desde donde se expande hacia otros tejidos. Estos nuevos anticuerpos, actualmente en fases preclínicas, podrían formar parte en un futuro de nuevas estrategias antivirales preventivas o terapéuticas.
Un estudio muestra por primera vez que, cuanto mayor es la avidez de ciertos anticuerpos generados por la vacuna RTS,S contra la malaria, mayor resulta la protección conferida. El estudio, publicado en Nature Communications, proporciona información importante para guiar el diseño de futuras vacunas más eficaces.
Investigadores valencianos han desarrollado un biosensor de bajo coste y alta sensibilidad capaz de detectar los autoanticuerpos del lupus en fases muy tempranas, lo que facilita la detección precoz de esta enfermedad. El dispositivo solo requiere una pequeña muestra de sangre o saliva y ofrece los resultados en menos de una hora.
Dos nuevos estudios realizados con un número reducido de pacientes proponen un nuevo tratamiento del VIH que podría ser una alternativa a la terapia antirretroviral, con menos efectos secundarios. El porcentaje de infectados que se beneficiaría de la nueva estrategia rondará el 50%. La primera autora de uno de los trabajos es una investigadora española.
Investigadores de Cataluña han descrito el desarrollo y optimización de ensayos cuantitativos de arrays en suspensión que podrían medir anticuerpos naturales o inducidos por vacunas contra la malaria y otros parásitos. Dichos ensayos podrían simplificar los estudios seroepidemiológicos y el desarrollo de vacunas.